La mayoría de los colombianos entendemos la inmensa preocupación del expresidente Uribe por la amenaza que representa para el país, la futura alianza de Gustavo Petro y Juan Manuel Santos de cara a las elecciones presidenciales del 2022, pero también entendemos que cualquier situación se puede presentar si el gobierno del presidente Duque, no resuelve la situación económica y social en el 2021.
Hojeando varios informes sobre predicciones económicas globales para el 2021, la mayoría rematan diciendo que será un año más complicado de lo que habían proyectado los gobernantes antes de los rebrotes de Covid-19 que se están presentando en Europa y varios países de Latinoamérica. Colombia no es la excepción y como van las cosas, va tocar barajar de nuevo.
Según el indicador de seguimiento a la economía (ISE), la reactivación de la economía de nuestro país no ha reaccionado y viene con el freno de mano puesto desde agosto, y si nos agarra el rebrote para finales de noviembre y el mes de diciembre, el comercio y la industria tendrán que cerrar nuevamente por las restricciones que seguramente tendrá que imponer el gobierno nacional para contener la pandemia del Covid-19.
Obviamente, este delicado escenario va a traer como consecuencia una fuerte caída de la economía en el cierre del 2020, acompañado de altas tasas de desempleo, aumento de los índices de pobreza y la reducción del consumo. Y lo peor de toda esta grave situación, es que el encierro y la falta de ingresos en los hogares va a golpear muy duro la salud mental de la mayoría de los colombianos, debido a que sus ahorros comienzan a tocar fondo y las deudas con los bancos comienzan a vencerse por la falta de capacidad de pago.
Ante este sombrío panorama, la reconstrucción de la economía en el 2021, va a depender de las medidas macroeconómicas que adopte el gobierno para el corto y mediano plazo, cosa que veo compleja por el tiempo y el mal ambiente político que existe en el país. Los colombianos no vemos voluntad y determinación en el Congreso para sacar adelante, por ejemplo, la Reforma Tributaria Estructural, la laboral y la del sistema pensional, que son temas claves para mantener la estabilidad fiscal del país.
Tampoco estamos viendo por parte del gobierno creatividad para: i) redireccionar el presupuesto de inversión para inyectar recursos de crédito a largo plazo con bajas tasas de intereses y periodos de gracia a las empresas de los sectores que jalonan la economía y el empleo del país como el agropecuario, el industrial y el comercial; ii) reorientar las partidas de subsidios a los programas de familias y jóvenes en acción, Colombia mayor y el ingreso solidario, para racionalizar y focalizar el gasto público; iii) adelgazar el gasto de funcionamiento para disponer de más recursos de inversión y iv) sustituir importaciones agropecuarias para aumentar la producción nacional y jalonar el empleo.
Dependiendo de las decisiones del gobierno y la eficacia en sus ejecuciones en el 2021, conoceremos el panorama político y económico del 2022. Mejor dicho, “dependiendo del desayuno, sabremos cómo será el almuerzo”.