Esta es la principal conclusión en la cumbre minera que desarrolla el ministerio del ramo en Riohacha, donde además se analizan alternativas de cambio.
Con una amplia participación de la comunidad, los trabajadores del sector minero energético y organizaciones no gubernamentales, empresas que se encuentran desarrollando proyectos de generación eléctrica y otras que ya llevan mucho tiempo de explotación de recursos no renovables, como el caso de Cerrejón, se está realizando en Riohacha una cumbre de este sector de la economía nacional en las instalaciones del centro de eventos Anás Maí, donde las discusiones y propuestas para lo que será una transición energética justa, es el tema principal.
Uno de los que estuvo en la mesa de honor fue el vicepresidente de Asuntos Públicos de Cerrejón, Luis Enrique Marulanda, un veterano ejecutivo de la compañía quien ha estado presente en cada uno de los episodios de significación para la explotadora del mayor complejo minero a cielo abierto de Latinoamérica. También está haciendo presencia en el evento que concluye este martes 26 de noviembre, el expresidente del Sindicato de trabajadores de la industria del carbón Igor Díaz Daza, abogados y líderes de la comunidad y todos con la misma intención: encontrar la fórmula que permita el desmonte de la factoría carbonera en 2034, sin que los traumas sean devastadores.
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Las principales propuestas que se entregaron giran en torno a preparar a la comunidad y sus gobernantes para que desde sus posiciones vayan vislumbrando con qué recursos se pueda contar, una vez se haga el desmonte de la empresa, pero también, tratan de planificar cómo será la transición con justicia social de materiales fósiles, como el carbón, a mecanismos y formas de generación, como la eólica, la fotovoltaica y la del hidrógeno verde que ya empezó a tomar forma en el departamento y el País.
La crítica mayor está en que cada uno de los actores de la transición energética lleva un rumbo propio y según Igor Díaz, este panel en el que acaban de participar, es justamente para propender por la unión de todos esos esfuerzos alrededor de la causa de sembrar esperanzas y confianza y se pueda negociar con mayor posibilidad de éxito para la sociedad.
“Nosotros estamos interesados en mirar que es lo que puede pasar después del carbón, pero no estamos diciendo que se acabará en 2034, pero si se acaba, debemos tener unas alternativas para la gente que ahora trabaja, es que todos los actores debemos confluir en un espacio con grandes compromisos y realidades y verdades para la Guajira, como lo acaba de solicitar el gobernador a Cerrejón, no podemos seguir haciendo cada uno pequeñas cosas, sino que esas las debemos unir para que el departamento entonces si pueda cambiar”, manifestó el líder sindicalista.
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También indicó que era necesario descomponer todo lo que gira alrededor del carbón y ponerlo en otra actividad. “Nosotros no queremos que cerrejón se vaya, no queremos que la explotación del carbón se acabe, pero si eso sucede como se está indicando en todos los análisis del mundo, debemos estar listos y con alternativas nuevas de producción”, indicó Díaz Daza.
El vicepresidente de Asuntos Públicos y comunicaciones de la Compañía cerrejón, coincide con cada uno de los que expusieron en el sentido de que en la transición energética justa, deben converger todas las fuerzas sociales y productivas de La Guajira. “Tenemos la obligación de construir juntos y aportar desde el Gobierno nacional, la academia, los campesinos, los ganaderos, las empresas públicas y las privadas y hay que tener en cuenta que aquí no se debe hablar solo de carbón, sino de otras formas de producción y es por eso que debemos sentarnos apenas estemos organizados, porque reunirnos sin objetivos planes reales no tiene justificación, los esfuerzos no deben ser aislados, debemos implementar una ruta y luego desarrollarla de manera conjunta".