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Nuestro hermano Jiangsu

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Eduardo Verano de la Rosa

Eduardo Verano de la Rosa

Columna: Opinión

e-mail: veranodelarosa@hotmail.com

Después de la muerte de Mao Tse-tung, China se convierte en una potencia económica, cuyo desarrollo sostenido la ubica como la segunda Nación con el Producto Interno Bruto (PIB) más alto del mundo.

El Partido Comunista facilitó la reorganización del modelo económico al impulsar sectores que han logrado un crecimiento significativo, hecho que debe estudiar Occidente ya que se cumple con el vaticinio de Ronald Regan: “China será una gran potencia”.

Tuvimos la oportunidad de visitar en China la provincia de Jiangsu, invitados por su gobernador, Wu Zhenglong, y percatarnos de cómo ha evolucionado en los últimos 10 años. Jiangsu es hermano de nuestro departamento del Atlántico. Ellos solo son el 1 % del territorio y el 6 % de la población, aun así, representan el 10 % del PIB de China lo que confirma su gran fuerza productiva.

El territorio de Jiangsu tiene 30 % agua y 70 % llanuras. Fue organizado por la dinastía Han, su capital es Nanjing que fue, a su vez, capital de toda China en un periodo importante de su historia.

Ha logrado notables avances en materia tecnológica con sus 700 instituciones de investigación que integran 100 academias de ciencia y tecnología, y el millón de estudiantes que se forman en 167 universidades.

Los colegios promueven a que los jóvenes tengan intercambios culturales en otros países. Han logrado traer mucho conocimiento al invitar a los mejores cerebros del mundo para que trabajen con ellos.

La organización territorial de China se basa en grandes Estados. Jiangsu tiene 90 millones de habitantes y mucha capacidad de decisión en el Gobierno central. En el plano local, cuenta con alcaldes que se encargan de la planificación y construcción de las ciudades. Su meta: mejor calidad de vida y mayor conocimiento sobre su provincia mediante el uso de altas tecnologías informáticas para obtener más ventajas y oportunidades de cooperación.

Consideran que el desarrollo comercial entre Colombia y China está, aún, en su mínima expresión con relación a su extraordinario potencial de consumo. Colombia no ha hecho la definición de una serie de productos que pudieran masificarse en China, y todavía falta mucho para que los productos chinos penetren, de lleno, en el mercado latinoamericano.

A futuro, hay un gran potencial en petroquímica, farmacia, papeles, ventanas para lograr resultados positivos en un modelo de cooperación pragmática que nos permita utilizar, al máximo, procesos de energía y salud inteligente en el cual han hecho avances significativos.

Crece en promedio anual 7.2 %, exportan USD$591.000 millones y tiene en la innovación la fuerza motriz de su nueva economía. El pueblo ha sido el gran beneficiario de estos 40 años de apertura económica y vaticina que jamás cerrará sus mercados. Ahora cree y defiende el Libre Comercio como la mejor alternativa de desarrollo sostenible.

Su economía ha crecido tan rápido y durante un tiempo tan prolongado que ahora es asombrosa su gran metamorfosis en la organización interna, la infraestructura y en el poder económico que ha adquirido una clase media supremamente productiva con unas condiciones de vida sorprendentes.

Nuestra provincia hermana Jiangsu quiere construir también un intercambio cultural al más alto nivel y promover una relación estrecha con el Atlántico. También queremos evolucionar en este sentido. Eso daría como resultado una serie de agendas muy avanzadas en materia de intercambio comercial, cultural y en especial tecnológicos.