Estos eventos que han obligado en múltiples ocasiones a suspender las clases y la vida comunitaria por los riesgos asociados a estas ceremonias.
El presidente de Chile, Gabriel Boric, promulgó una ley que establece normas para la realización de “funerales de alto riesgo”, ceremonias cada vez más recurrentes en el país suramericano que han obligado en múltiples ocasiones a suspender clases en instituciones educativas por la presencia de armas y otros riesgos asociados a estos hitos.
Después de varios meses de tramitación, el pasado 7 de noviembre el Congreso despachó el proyecto que establece nuevas regulaciones, entre ellas la restricción del plazo para desplegar este tipo de ceremonias a 24 horas y la penalización de delitos que puedan ocurrir en las mismas.
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“Esta ley, como otras que hemos tramitado en nuestro gobierno, son para personas como tú, como tus vecinos y vecinas, para todos los habitantes de San Ramón y de todo Chile que merecen vivir en paz”, afirmó el mandatario desde una comuna popular de la capital chilena.
Por su parte, la ministra del Interior, Carolina Tohá, subrayó sobre la nueva ley: “una restricción a los derechos que todas las personas tienen cuando fallecen, para ellos, incluso para sus cercanos, en beneficio del interés general”.
“Nuestros derechos se terminan cuando empiezan a afectar los derechos de los demás (...) en el caso de los funerales de estas personas hay ya demasiados antecedentes, que su manera de llevar adelante la despedida cuando pierden una persona es a costa de los demás, haciendo sufrir a los demás, amenazando a los demás, festinando con el miedo de los demás”, declaró la secretaria de Estado.