La senadora de la República ha declarado que la zona está bajo el control de grupos ilegales, y que el desplazamiento es el más significativo en La Guajira.
El proceso de retorno de los wiwas y afrodescendientes a la cabecera municipal de Riohacha, ha experimentado un cambio notable. Estos grupos fueron desplazados violentamente por facciones vinculadas al narcotráfico a finales de febrero, durante un enfrentamiento armado en las estribaciones de la Sierra Nevada. La disputa por el control del área, un importante corredor entre las montañas y el mar, ha sido el epicentro de esta situación.
El pasado viernes y sábado, los líderes indígenas expresaron su disposición a regresar a sus tierras por iniciativa propia, a pesar de los riesgos. Se mostraron frustrados por la falta de soluciones y acciones concretas por parte del comité de orden público y seguridad de la capital, a pesar de haber pasado más de tres meses en albergues improvisados en la zona urbana de Riohacha.
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El sábado, los líderes informaron a este medio de noticias que estaban dispuestos a regresar a sus tierras si se les proporcionaba un camión para el transporte el domingo. Sin embargo, el domingo no llegaron los camiones esperados. En cambio, durante la tarde, se registraron dos nuevos homicidios en la localidad de Juan y Medio y en el área rural de Tomarrazón.
Dos hombres, identificados como José Eugenio Charris Acosta, conocido como Geño, y Carlos Eduardo Pedroza, dedicados a labores agrícolas y aparentemente involucrados recientemente en el aserrío de madera en la región, fueron asesinados a tiros el domingo alrededor de las 4:30 de la tarde. Residentes del pueblo afirman que ambos hombres no habían tenido conflictos con nadie en la región.
Las autoridades han emitido estos comunicados tras una reunión de seguridad en Riohacha, donde se evaluó la violenta situación del domingo en la vereda Juan y Medio. También se planificaron estrategias para hacer frente a la ola de violencia en la región.
Los acontecimientos y las declaraciones de los líderes comunitarios contradicen las afirmaciones de las autoridades de control, que en ocasiones anteriores habían asegurado tener pleno control en el área donde ocurrieron los enfrentamientos armados. Sin embargo, los recientes hechos violentos ponen en duda esta afirmación.
