Los embalses en el país siguen en niveles bajos, lo que genera preocupación por la falta de agua en varias regiones.
El Instituto de Hidrología, Meteorología y Estudios Ambientales (Ideam) ha informado que los niveles de los embalses en el país continúan siendo bajos, a pesar de algunos incrementos leves en ciertos reservorios que se encontraban en condiciones críticas. Aún así, los embalses no han alcanzado niveles suficientes para contrarrestar los efectos de la sequía, lo que mantiene la preocupación entre las autoridades.
El informe más reciente del Ideam revela que el embalse de Alto Anchicayá presenta un nivel de llenado del 4,74%, mientras que el embalse de Prado se sitúa en un 6,35%. En el caso del embalse de Urrá, aunque ha mostrado una leve mejoría, alcanza apenas un 19,72%. Por su parte, el embalse de Troneras ha llegado al 28,59%.
En el Valle del Cauca, el sistema de embalses registra un nivel de llenado del 33,48%, considerado insuficiente para satisfacer la demanda de agua de la región. De manera similar, los embalses en Antioquia también presentan dificultades, con un nivel de ocupación del 45,51%, y los del Oriente del país alcanzan apenas un 55,08%.
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La situación más preocupante se da en el sistema de embalses de Chingaza, fuente crucial de agua para Bogotá y municipios cercanos, que sigue disminuyendo. El informe indica que el sistema ha pasado de un 44,76% a un 44,54% de ocupación, mientras que el embalse de Chuza ha descendido a un 34,47%.
La Corporación Autónoma Regional de Cundinamarca (CAR) expresó su inquietud por la persistente caída en los niveles de Chingaza, una fuente clave para el abastecimiento de agua en la región. Además, el agregado norte de embalses, que incluye El Neusa, Tominé y El Sisga, también atraviesa condiciones críticas, con un nivel de llenado del 54,58%, aún lejos de los valores ideales para garantizar un suministro estable en los próximos meses.
Esta situación plantea un desafío significativo para las autoridades locales, que deben redoblar esfuerzos para gestionar los recursos hídricos de manera eficiente y prevenir un posible desabastecimiento en las zonas más afectadas por la sequía.