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Anthony Zambrano, un guajiro hambriento por oro

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com

Cuando culminaba el pasado milenio, (1998) nació en Maicao (La Guajira), un niño aborigen que encontró en ese pueblo un ambiente saturado de optimismo, caldeado de magna epopeya apasionado por las recias virtudes que consumaron entre sacrificios inenarrable el prodigio de triunfar.

Al lado de su madre toda piedad, toda abnegación, toda energía y prudencia, viviendo en íntimo contacto con la escasez y el desamparo dentro una pobreza estema alimentó su hijo, a semejanza del alcatraz que nutre sus polluelos con lo mejor de su sangre. Al parecer por su incómoda situación era forzoso que Anthony imprimiera triunfos desde temprano, aquellos rasgos que le han sido característicos  y han hecho de su vida una de las más fecundas intensas y azarosas que puedan ser ejemplo para los compatriotas colombianos, se le notaba desde su niñez. 

Anthony José Zambrano de la Cruz, no encontró propicia su tierra natal para fijar en él, una meta llena de grandezas, en busca de realizar su actividad en un excelente rendimiento, tal vez aconsejado por maestros del deporte atlético y convencido de aquella tesis que, “en la lejanía es donde los hombre se superan”, hasta ahora su elección no ha sido estéril, por lo contrario  con suprema certeza atinó en escoger a Barranquilla como su trampolín para caer en la cadena de triunfos que hoy lo han hecho conocer en el gran mundo del atletismo.

En el balance que hoy nos muestra su cerrera deportiva, es notable que resalta una  realidad plasmante, cifras halagadoras y verdades casi insuperables, días mejores vendrán en que se haga justicia a la rectitud de su empeño.

Hoy es el primer atleta, reconocido por ser el primer medallista colombiano en un evento de pista en obtener medalla olímpica en la moralidad de 400 metros. Muy poco habla, pero cuando lo entrevistan lo hace con gran optimismo “cuando me pongo metas, no me queda nada imposible”. Confesó que debido a la pandemia permaneció encerrado, lo que lo privó de sus rutinarias prácticas y no pudo llegar con un 100% de preparación, porque también fue víctima del covid-19. Ojalá que con su valioso optimismo dentro de tres años en Paris, pueda alegrarnos logrando en 40 segundos la presea dorada en los 400 metros.

En esta categoría obtuvo medalla dorada en los Juegos Panamericanos de 2019 en Lima. En los mismos juegos nuevamente  consiguió el oro, esta vez en la categoría 4x 400 metros relevos, en  campeonato mundial de atletismo en Doha realizado también en el 2019 logró la medalla de plata, presea que lo colocó como el segundo mejor corredor del mundo en los 400 metros.

 Esperemos que  su lucha indeclinable y argentina siga su brillo cosechando triunfos en los campeonatos continentales que se llevarán a cabo antes de su llegada a París, ya que este guajiro nos enseñó a recolectar éxito.

Desde esta Guajira harapienta que piensa en la magnitud de sus esfuerzos y en las poderosas corrientes que lo animan y en los enormes problemas en que ha vivido,  lo insta que siga leal en su consigna, que esta zona septentrional del continente jamás ha de empequeñecer su grandeza, su pueblo para ser completamente agradecida debe incluir en su historia la biografía de este Guajiro sin par, hambriento de oro.