¿Quién financia el vandalismo urbano? Los elenos reivindicaron su infiltración y está probada la de las disidencias farianas. ¿Y qué financia a elenos y disidencias? El narcotráfico.
¿Quién asesina líderes sociales y reclamantes de tierras? El ELN, las disidencias y demás mafias, es decir, el narcotráfico.
Narcotráfico rural y microtráfico urbano que nos devuelven a la vergüenza de ser el primer productor de coca del mundo, convertido además en país consumidor.
Durante el gobierno Santos y bajo la presión extorsiva de las negociaciones con las Farc, y también de los gobiernos socialistas de Venezuela y Ecuador, se prohibió la aspersión aérea con glifosato, se cayó la lucha contra el narcotráfico y el país pasó de 47.000 hectáreas de coca y bajando, a 210.000 y subiendo, hasta que el gobierno Duque detuvo esa tendencia.
¿Quiénes eran los responsables? Los ministros de Defensa de Santos, que incumplieron su misión constitucional, sin moción de censura por parte de los congresistas que hoy, reforzados por los que lograron curul gratis, persiguieron a Botero y hoy buscan acorralar a Trujillo porque no les gustó la forma como pidió disculpas, que tampoco le gustó a la politizada justicia.
Es otra vez la izquierda y el centrosantismo, interesados en defender los aberrantes compromisos con las Farc a los que llaman “paz”, acusando al Gobierno de revictimizar, mientras ellos manosean a las víctimas como bandera política, y de la violencia que ellos propician, al impedir la lucha contra el narcotráfico, promover la protesta permanente y azuzar la violencia y el odio.
La estrategia es el discurso antigobiernista y el insulto vociferante. Al Gobierno lo tildaron de dictadura civil, autoritarismo democrático, violador de la libertad de prensa y mentiroso; y al ministro de indigno, estúpido, mentiroso, prepotente, manipulador, incapaz y mezquino, entre otras diatribas.
¿Qué ministro les sirve? Ninguno, porque el ataque es contra la Seguridad Nacional que se quiere debilitar y contra la Fuerza Pública que se quiere deslegitimar; ayer fue Zapateiro y hoy Atehortúa. No importa el general o el ministro; lo que importa es golpear al Gobierno.
Los atacantes son los mismos que impiden la lucha contra las drogas que generan violencia; responsables de maniatar la seguridad del país para que prospere el caos, y así, emerger en 2022 como salvadores e imponernos el socialismo vecino.
N.B. Irresponsables las ONG, animalistas, vegetarianos y veganos extremos, promotores del “Día sin carne” sin pensar en miles de campesinos que viven de la ganadería, ni en los empleos de la cadena cárnica, ni en el desarrollo de millones de niños a quienes la ausencia de proteína animal perjudica su salud. FEDEGÁN defenderá de tal irresponsabilidad la noble labor de producir carne y la importancia insustituible de este alimento.