Después de meses de tensión y amenazas, el presidente de Turquía, Recep Tayyip Erdoğan, invadió el norte de Siria para repeler a las fuerzas kurdas del FDS (Fuerzas Democráticas Sirias) y crear una “zona segura” que garantice una disminución de inmigrantes a la llegada a su país.
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