Hemos llegado a una situación escandalosamente paradójica en la que nuestro sistema de justicia parece estarse pasando al bando de los criminales. Álvaro Gómez Hurtado.
Colombia históricamente ha demostrado al mundo sus habilidades de construir leyes, hoy penosamente tenga que registrar en sus prestigiosos archivos el lamentable hecho de un subversivo exintegrante de la Farc, imponga hoy ante las normas inviolables de nuestra nación, su conducta reprochable y por desgracia debe acatarse injustamente un veredicto equívoco.
Los Estados Unidos, el país que guarda la mayor tecnología del mundo, mostró con pruebas fehacientes e irrefutables los hechos por la cual una corte del Distrito de Nueva York requiere en extradición a Jesús Santrich, sin embargo, la JEP alega que las pruebas no guardan suficientes contundencias para extraditar al negociante de alcaloides y ordena la salida inmediata de la Picota donde se encuentra recluido, no solo niega la extradición sino que lo envía a que legisle en los altos recitos de la patria. ¡Qué ironía¡ esta nación que se cataloga como un país rico en leyes, hoy su justicia se encuentra atada ante la injusticia.
El Fiscal General de la Nación, como ente acusador se empeñó por más de un año mostrando pruebas con gran contundencia, sin embargo sus esfuerzos se tradujeron en su renuncia irrevocable, debido a que los jueces de la JEP desconocieron sus pruebas evidentes.
Ocho años continuos de conversaciones en la Habana, se puede traducir como un gran litigio para los miembros de las Farc, porque a pesar se vivir constantemente perturbando la paz de los colombianos, se muestran hoy ilesos ante la ley que los debería juzgar por grandes catálogos de infinidades de delitos.
Las conversaciones en la Habana no deberían de tomarse como premio a la paz, sino más bien un gran litigio y un gran fallo que culminó dejando a los subversivos “sin pecados concebidos”, sin indemnizar a sus víctimas y sin cancelar un centavo por sus delitos consecutivos y además gozar de las parcialidades de ser miembro del Congreso Nacional.
Al parecer según la JEP ya no se verán subversivos en los montes acechando a campesinos, ni en robos de ganados, pero sí en los altares de la patria legislando leyes que probablemente en un futuro puedan brindarlos de irregularidades que puedan ser motivos para ser requerido por cualquier corte, aunque se presenten las pruebas más fehacientes que pueda dar motivos para una real extradición.
Supuestamente los acuerdos en Cuba concluyeron el primero de diciembre del 2016, después de esta fecha cualquier delito que se cometa debería ser juzgado por la justicia ordinaria. Jesús Santrich fue capturado en abril del 2018, las pruebas que mostraban en su contra no generaban duda de su presencia en el negocio ilícito en cual los juzgaban, sin embargo, la parcialidad que guarda la JEP por los subversivos es incomprensible y no acepta la lógica aunque conserva la mayor diafanidad del mundo.
Cuando era estudiante y nuestro profesor notaba en el estudiante una terquedad irrenunciable, explicaba: si lo encuentran bañándose en una piscina, alega que no está mojado.