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Una economía, un titanic que se hunde

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com
Hace cerca de un lustro que Venezuela acumula una recesión económica que la tiene al borde de la inopia, los constantes devaluación de su moneda no solo desagradan la vida social del ciudadano, sino que altera el comercio, debido a que los precios cambian de manera tan vertiginosa que en los estantes muestran un precio y mientras te diriges a la caja, el precio ha variado de manera majestuosa, los negocios refrigerados se encuentran en agonía, aun la moneda nacional no reúne la cantidad en efectivo que se requiere, la poca existencia del dinero ha contribuido a que los comerciantes acudan al dólar y al peso colombiano a cambio de sus mercancías, se puede señalar que la moneda americana corre por la nación con más eficacia que la moneda nacional, solo las entidades estatales se ocupan a recibir el bolívar soberano.

La emisión de su moneda se ha cohibido debido a que su reproducción hace la devaluación más perniciosa y la inflación se dispara incontrolada, lo que ha contribuido al uso obligatorio de tarjeta de débito y a que el comerciante aumente el precio de sus productos hasta un 100% de su valor. Esta pesada acción ha generado el detrimento total de la economía, el industrialismo parece haber fallecido, el pueblo venezolano vive hoy una notable bancarrota comparable a la vivida por los griegos, el desplome económico ha afectado todos los establecimientos comerciales, grandes economistas aseguran que ni siquiera naciones como Siria que aún se encuentran en guerra muestran tales cifras de deterioro. 

El legado económico que heredaron del chavismo y el diseño que hoy ha implantado Maduro, en ningún momento ha brindado la economía, por lo contrario, señala todas la direcciones que conducen a la catástrofe y ha dejado un hermético grillete sobre todas las variedades de la producción que hoy ha sometido a los venezolanos en una enorme depresión que puede traducirse en graves consecuencias sociales e incluso, lejos de concluir, no ha hecho sino empezar. El pasado apagón nacional que se prolongó por casi una semana, tuvo como consecuencia el saqueo de 102 Centros Comerciales y un sin número de locales, los cuales la mayoría anunciaron su retiro oficial del país, antes que la miseria y la anarquía los conduzcan al infortunio. 

Petróleos de Venezuela S.A. (PVDSA) la mayor fuente generadora de divisas al país, atraviesa por una situación de desconcierto que se irradia en la economía nacional. De acuerdo con la firma Ecoanalítica, la estatal petrolera pasó de la producción tres millones de barriles diarios a solo 300.000. En este desconcertante contexto, los capitalistas nadan contra corrientes económicas sumamente erráticas, los pequeños comerciantes ven violentamente zarandeadas su capital; hospitales, universidades y otras instituciones desesperadamente luchan contra una inflación insuperable.

La vida económica del país en las última dos décadas denota un menosprecio absoluto en la historia que ahora tienen a rusos y chinos constreñidos debido a que las continuas decisiones emprendidas por Maduro para culminar la crisis que los agobias, jamás han logrado alcanzar al éxito, sino más la sofoca.

El legado que Chávez dejó como presidente, solo ha cesado a los venezolanos en la más lamentable situación de abatimiento, la energía eléctrica es deplorable, la escasez de agua lamentable, la devaluación indetenible, la economía en la inopia, de manera que para que la situación dé un gran vuelco se debe rectificar el amnésico rumbo que ha implantado Maduro, de no ser así, seguirán siendo eternamente una comunidad postrada e irredenta. La situación no es solo sutil sino crucial. Hasta ahora lo único que desean los venezolanos del emisario de Chávez, es asistir a su funeral.