Nicolás Maduro ha reconocido, en un histórico Mea Culpa, el fracaso del modelo productivo de la Revolución Bolivariana. Invitó al pueblo venezolano a dejarse de lloriqueos y empezar a producir, con o sin bloqueo, y buscar un vuelco en su modelo económico. Se debe lograr, primero, un nivel de estabilidad y después la prosperidad económica sin abandonar la protección y la seguridad social.
Estainvitación de Maduro es oportuna y válida, después de 18 años de la Revolución que inicio Chávez y que ya no le puede echar la culpa de la situación a los desaparecidos partidos Adeco y Copei.
El Mea Culpa reconoce una disminución de la calidad de vida que ya se nota hasta en los centros militares donde se destaca la ausencia de caraotas y pabellones (carne desmechada) en los otrora abundantes y atractivos casinos militares.
El profesor venezolano Hausmann de la Universidad de Harvard ha conformado un equipo que examina día a día acontecimientos económicos, sociales y políticos de Venezuela. Tiene apoyo del BID, FMI, Banco Mundial y de Gobiernos amigos. Le preocupa como se ha desbordado la oferta monetaria. En una semana más de 19%. La hiperinflación ha llevado a que la libra de arroz cueste millones de bolívares, y por eso quieren quitar cinco ceros a sus billetes.
La recaudación fiscal de Venezuela ha caído 79 % en un año, y lo más complicado es que el número de barriles de petróleo producidos ha bajado de 3 millones y medio a prácticamente un millón y medio lo que los ha llevado a una grave crisis económica.
La situación ha repercutido en Colombia por la migración calculada ya en 10 % de la población, y que se van caminando por las carreteras de países vecinos. Este primer semestre del año hemos atendido 960 adolescentes venezolanas embarazadas en los hospitales del Atlántico.
La Comunidad Internacional debe adoptar una estrategia que ayude a manejar el drama humano de esta migración.
El Acta de Cartagena permite un tratamiento de “refugiados” desde hace ya 20 años y todavía no se ha tocado este mecanismo que podría facilitar a Latinoamérica darle un tratamiento más generoso a la crisis que ha causado Venezuela en los países vecinos.
Sería una manera relevante de tramitar el conflicto, con el apoyo de la OEA, debería empezar a intervenir de una manera mucho más concreta para dar los apoyos necesarios.
La Asamblea Constituyente ha sido uno de los mecanismos que ha utilizado Maduro para atornillarse en el poder. Ya se cumplió un año de haber sido convocada el 4 de agosto del 2017 para calmar 4 meses de protestas violentas que hacia la oposición al exigir la salida de Maduro y que dejo 125 muertos.
La Constituyente tiene competencias para legislar y dictar actos parlamentarios, pero hasta ahora no ha concretado el texto de una nueva Constitución y tampoco una modificación a la existente. No obstante, se ha dedicado a convocar elecciones, y a sacar una serie de legislación y actos parlamentarios en forma de ley que ha necesitado Maduro para su gobernabilidad.
Ya Diosdado Cabello anuncio que esa Asamblea Constituyente se extenderá cuatro años más.
¡Latinoamérica sigue en deuda con Venezuela!