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Luis XIV de Francia, el Rey Sol

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Vanegas Mejía

José Vanegas Mejía

Columna: Opinión

e-mail: jose.vanegasmejia@yahoo.es

El 1 de septiembre de 1715 murió en Versalles, cerca de París, el monarca Luis XIV, conocido como el Rey Sol. Nació el 5 de septiembre de 1638. También lo llamaron Luis el Grande. Cuando nació, sus padres llevaban 23 años de casados.


Antes, cuatro de sus hermanos habían muerto en el momento del parto, por lo que sus padres consideraron que la llegada de ese hijo era un milagro y por eso lo bautizaron Louis Dieudonné, como quien dice “regalo de Dios”, o sea, Diosdado. Luis XIV gobernó en Francia desde los cinco años de edad, cuando asumió el mando a la muerte de su padre Luis XIII. Pero en sus primeros años fue el cardenal Mazarino quien ejerció el poder, ya que la madre de Luis, la princesa Ana de Austria, hija del rey Felipe III de España, acudió a sus servicios para que ejerciera una especie de asesoría. Gran parte de los franceses nunca aceptaron de buen grado a Mazarino, de origen italiano. 

     Luis XIV se casó en 1660 con su prima hermana, la infanta María Teresa, hija de Felipe IV, rey de España. Con ella tuvo 6 hijos pero solo el mayor llegó a la adultez. En 1682 instaló la corte en el palacio de Versalles. Tras la muerte de su esposa, en 1683, contrajo matrimonio en secreto con Françoise d’Aubigné, mujer de pasado oscuro conocida como Madame de Maintenon. Esa unión duró hasta la muerte del rey. Pero su vida amorosa estuvo llena de amoríos: con varias amantes tuvo muchos hijos: seis con Louise de la Vallière; siete con Madame de Montespan. Además, aparecieron en su vida Bonne de Pons d’Heudicourt, Catherine Charlotte de Gramont, Anne de Rohan-Chabot, Isabelle de Ludres y María Angélica de Scorailles. 

     Luis XIV participó en tres grandes confrontaciones bélicas: Guerra de Holanda, Guerra de los Nueve años y Guerra de Sucesión Española. Revocó el Edicto de Nantes sobre las libertades concedidas a los hugonotes y envió a más de 200.000 de ellos al exilio. También tuvo que ver con la Paz de Aquisgrán, en 1668 y firmó la paz con Holanda mediante el Tratado de Nimega, en 1678.

     Sobre el Rey Sol se han tejido incontables leyendas. Se le atribuye la expresión “L‘ État c’est moi”, (“El Estado soy yo”), frase que, se cree, fue puesta en sus labios por sus enemigos para dar a entender el carácter dictatorial del célebre monarca. No puede negarse el destacado progreso de Francia, pues mientras la gobernó la llevó a la supremacía política en Europa, lo que la convirtió en amenaza continua para los demás Estados. El esplendor de la corte llegó a su cúspide y la personalidad del rey alcanzó el máximo grado. Su gobierno fue de grandes progresos científicos. También florecieron la industria, el comercio y la promoción de obras públicas de todo orden. Gran apoyo brindó a las artes, para las cuales estuvo siempre abierto el palacio de Versalles. Molière y Racine fueron favorecidos por el mecenazgo de Luis XIV. 

     Son frases textuales de Luis XIV: “Je m’en vais, mais l’État demeurera toujours”. (“Me marcho, pero el Estado permanecerá”). “Toutes les fois que je donne une place vacante, je fais cent mécontents et un ingrat”. (Cada vez que otorgo un puesto vacante, consigo cien descontentos y un ingrato”). Un hecho para destacar: El rey que gobernó por más de setenta y dos años, con todos los poderes, fue enterrado en la Basílica de Saint-Denis, en las afueras de París; allí permaneció durante ochenta años, hasta que los revolucionarios exhumaron sus restos y los destruyeron.