Al Banco de la República se le introdujeron cambios trascendentales a través de la Constituyente del 91. La principal tarea que se le asignó fue el control de la masa monetaria y la inflación.
La Banca Central no debe ser política, pero desde que ganó Trump el precio de las acciones y de los bonos ha tenido un comportamiento diferente y ha puesto en alerta al FOMC y hoy están pensando seriamente en tomar decisiones con respecto a las tasas de interés para controlar los fondos federales. Sorprenden las predicciones del FOMC sobre la expansión de la economía de Estados Unidos que consideran que no crecerá y que su promedio durante los años de Obama fue de 2 %.
Hoy predicen que aumentará más lento, al 1.9 %. Tradicionalmente el FOMC ha seguido el modelo keynesianos que no ve beneficios en bajar intereses. Y siguen ajustando sus estimaciones desde las elecciones. Si hubiese señales de un mayor crecimiento tendrían que ajustar rápidamente sus políticas, pero hay una desconexión entre lo que piensa el FOMC y lo que esperan los mercados. Si el crecimiento se acelera los mercados empezarán a preocuparse de que el FOMC no esté pensando intervenir oportunamente para controlar la inflación.
Regresaría a las épocas de Greenspan y Bernanke, los dos anteriores directores de la Banca Central, que calcularon por debajo el impacto del crecimiento y demoraron medidas antinflacionarias más de lo debido. En Colombia, el Banco de la República fue fortalecido por la Constitución del 91 y se hizo independiente del Gobierno y de los intereses privados, lo que ha permitido escoger directores que han mantenido el mandato constitucional de una moneda sana, aunque continúa la discusión de que también debe responsabilizarse por un mayor crecimiento de la economía.
Los intereses hoy se encuentran en 7 % y Echavarría ya ha anunciado que no ve la necesidad de seguir bajando las tasas, sin embargo, la inflación aún continúa alta, y debe bajarse a la época que osciló entre el 2 % y el 4 %.En los últimos años creció la inflación a casi 9 %. Hay que despejar el panorama inflacionario en el largo plazo para lo cual se deben controlar los intereses, la masa monetaria y la cantidad de crédito disponible. Si los intereses están por encima del 7 % y la inflación es del 6 %, la tasa real entonces será del 1 %, lo que no va a frenar el crecimiento de la economía.
A nivel internacional los países están creciendo, la China está creciendo al 6.5 %, la India al 7.5 %, pero en América Latina el promedio es de decrecimiento -0.6 %, mientras tanto, Colombia crecerá entre el 2 y el 3 %. La expectativa por impacto del proceso de paz, es crecerá 2 % adicional, es decir, que podríamos llegar 4 % ó 5 %.
Persiste la tradición colombiana de una Banca Central seria que brinde confianza y plenas garantías, y que pueda predecir los resultados de su gestión. Importante tener la Banca Central en orden ya que cambian las expectativas de las exportaciones a Estados Unidos con el nuevo gobierno de Trump.
Seguramente variarán los Tratados de Libre Comercio y tomaran decisiones de nuevas barreras arancelarias que obstaculizaran el comercio con su impacto en nuestra economía.