Un completo fiasco resultó la presencia virtual del presidente Santos en la inauguración del Festival Vallenato, un irrespeto para los asistentes y para todo el folclor, representado en la majestad de nuestra máxima fiesta.
El Presidente que ostenta una popularidad del 10% no vino, simple y llanamente, porque se arriesgaba a una rechifla de la gente, aburrida con su nefasta gestión, prefirió asumir la posición fácil, pero cobarde, acatar la recomendación de sus “brillantes” asesores que no lo querían someter a un desgaste innecesario, sin embargo, fue peor el remedio que la enfermedad: El vídeo fue abucheado y tuvieron que interrumpirlo, un mensaje insulso y destemplado que despertó la rabia e indignación de los asistentes, muestra de la desconexión con la gente del país, que soporta un desbarajuste en muchos frentes y adolece de un mandatario con liderazgo para resolver problemas como: el proceso de paz sigue en pausa y sin saber cuándo terminará, la crisis de la salud totalmente fuera de madre, el desempleo en niveles de 2 dígitos, niños wayúu siguen muriendo de hambre, inflación en aumento, cultivos ilícitos en su mejor momento, el ELN haciendo de las suyas, escándalos de licencias ambientales y muchos más temas que nos están llevando al despeñadero.
Santos nos recuerda a mucho a Turbay y a Barco, quienes gobernaban desde Bogotá, les molestaba el calor y el bochorno de las regiones; gobernaban con los políticos, cómplices, que a cambio de burocracia y recursos le endosaban los votos. Lo que más indigna, es que Santos, precisamente el año en el cual el vallenato es declarado patrimonio por la Unesco, se pase tal distinción por la faja y a cambio nos envíe un vídeo que más parecía sacado del programa los reencauchados ¿Por qué nos pasa esto? Simple, por serviles y lambones, en la región no podemos ver un alto funcionario que llega de Bogotá porque nos derramamos en elogios y atenciones, pese a que en la capital ni nos miran, ojalá quede de lección para no estar el año entrante llevándole la parranda a Palacio a un presidente que ni nos determina.
Estocada: Humillante el trato de la Fundación Festival de la leyenda Vallenata para los periodistas, algunos perdieron muchas horas, incluso días, para recibir su acreditación y otros ni la recibieron. Otro lunar fueron las boletas para la inauguración, que supuestamente era gratis, pero se politizó la entrega y las restantes quedaron en manos de revendedores, triste que un evento gratuito no colme la capacidad del parque. La logística del concurso en la Pedregosa, un caos, parecía un potrero, ese evento debe hacerse en una plaza al público. Otra banderilla es para la mayoría de taxistas, se aprovecharon al cobrar cifras exorbitantes, Uber les dio una lección con el servicio y las tarifas.
Aplausos: Para Interaseo recogió la basura en tiempo real, la organización de la alcaldía de Valledupar en la plaza fue muy buena con los vendedores, lástima lo de la carpa, la secretaría de tránsito con sus limitaciones también funcionó. Para Carlos Vives y Maná, gran show, demostraron que sí se puede enlazar nuevas propuestas con nuestro folclor,
Lo feo: El escándalo de Ponchito Monsalvo y Javier Mata, se cruzaron frases de grueso calibre, dejando entrever poca educación. Otro acto lamentable fue del Cocha Molina, dejó tirado a su colega Jorgito Celedón, privándonos de escuchar una muy buena puya que tanto le hace falta al folclor. @JACOBOSOLANOC
Por: Jacobo Solano Cerchiaro