De importancia suprema es la cultura ciudadana en la vida en comunidad. Aun cuando políticos locales y nacionales traten de complicar lo que se debe entender por cultura ciudadana, finalmente ella no es más que la manera en la cual nos debemos comportar en comunidad, respetando los derechos de los demás y las normas escritas y no escritas de la vida en comunidad para vivir en armonía con los demás.
Cosas tan elementales como respetar la fila, recoger los desechos de los perros, no parar los carros sobre las cebras, no poner la música a todo volumen e inclusive esperar en los almacenes a que los vendedores terminen con los clientes antes de abordarlos, son reglas elementales de comportamiento. No obstante, en nuestra Colombia, en el Caribe y la región andina y las otras regiones, importa un pito la cultura ciudadana.
Por supuesto cada región de nuestra patria tiene sus peculiaridades. En algunas regiones se es más laxo o simplemente lo que en una región está bien visto, o no se considera irrespetuoso, en las otras no, y viceversa. Sorprende ver carros conducidos en contravía o “dando reversa” en contravía, incluso en vías principales, o circulando en las ciclo rutas.
Pero lo que más sorprende, y es consistente en todo el país, es que si se le reclama al infractor que está haciendo algo mal, el infractor se disgusta, increpa a quien lo confrontó y le dice lo de siempre: “no sea sapo”. ¿Pero por qué se dan estos comportamientos? ¿Por qué no existe en nuestro país mayor cultura ciudadana? Finalmente, la cultura ciudadana en alto grado depende de la educación en el respeto y en las normas básicas de comportamiento social que se dan en la casa y en el colegio a temprana edad.
No obstante, en otra gran medida el respeto y el comportamiento están circunscritos a la infraestructura. Si se tienen carreteras, bien señalizadas, en perfecto estado, las personas tienden a respetar más las normas de tránsito. Lo que está limpio y cuidado se respeta. Lo sucio y lo descuidado se irrespeta. Esto se confirma con el síndrome de la ventana rota, que no es otra cosa que el nombre que le dieron expertos de EE.UU. a un comportamiento social basado en un experimento.
Básicamente, los investigadores parquearon dos carros idénticos, en dos barrios distintos de Nueva York. Uno en el Bronx, un barrio de estrato bajo y condiciones difíciles. Otro en un barrio rico. El primer carro fue desvalijado a las pocas horas. El segundo carro fue dejado por semanas, sin que nada le pasara. Se concluyó que ello se debía a la pobreza y la falta de educación. Después, los investigadores decidieron romper la ventana (el panorámico) del segundo carro, ubicado en el barrio rico.
El resultado fue también el desvalijamiento del segundo carro. Los investigadores concluyeron que, al final del día, las condiciones económicas y la educación no es suficiente para explicar el comportamiento social. También se requiere condiciones prolijas de infraestructura. Lo cuidado, lo limpio, lo organizado, se respeta. Lo derruido, lo que está en ruinas, es más susceptible de ser irrespetado.
Por ello, los esfuerzos de la administraciones locales deben estar enfocados en mantener de manera prolija el mobiliario público, que no haya grafitis, que no haya basuras en las calles, que no haya carteles pegados en los muros, que los vecinos mantengas sus casas y andenes ordenados, limpios y prolijos, etc... Igualmente, las vías, las intersecciones vehiculares y las cebras deben estar bien marcadas y las calles pavimentadas y sin huecos.
Claramente, debemos trabajar en mejorar las condiciones económicas del país y educar a todos los colombianos, incluyendo la cultura ciudadana en el pensum, pero mantener el mobiliario público urbano ordenado y en buen estado sin duda alguna ayuda a que la gente respete en una mayor medida.
Por: El Pájaro de Perogrullo