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¡Podemos y debemos!

Columnas de Opinión
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Escrito por:

María Padilla Berrío

María Padilla Berrío

Columna: Opinión

e-mail: majipabe@hotmail.com

Twitter: @MaJiPaBe

Estudió economía en la Universidad Nacional de Colombia y actualmente se encuentra terminando sus estudios de Derecho en la Universidad de Antioquia. Nacida en Riohacha, radicada en Medellín. Ha realizado varias investigaciones académicas con la Universidad Nacional y se ha desempeñado como ponente en diversos eventos académicos a nivel nacional e internacional. En la actualidad es dependiente judicial y dirige el cine club de la Facultad de Derecho y Ciencias Políticas de la Universidad de Antioquia.

La noticia de ser los primeros en algo destacable, como el hecho de que la Guajira será el primer Departamento de Colombia con mayor cobertura de gas natural, es encomiable y loable toda vez que, por lo general, los guajiros tenemos que someternos a las largas y arduas historias de clasificar siempre dentro de los primeros en la lista de los últimos, como Colombia a la hora de hablar de los países con mayor número de violaciones a los Derechos Humanos, o los altos niveles de desigualdad social.

Año tras año circulan cifras de calidad y competitividad que, por lo general, no nos dejan muy bien parados, pues, debemos cargar con algo de tristeza, indignación y resignación, con el hecho de que siempre terminamos encabezando listas como educación de baja calidad, altos índices de pobreza y corrupción, entre uno que otro escándalo. Además, asumir con la cabeza en alto la realidad innegable de la precariedad de los servicios públicos es otra situación que hace parte de nuestra cotidianidad.

Solía sacar pecho para decir que, pese a todas las limitaciones éramos una tierra sana, afable, amena. "Por lo menos no conozco la indigencia y sabemos muy poco lo que es un atraco en Riohacha", dije alguna vez, aunque en estos momentos la situación haya cambiado drásticamente y ya sé qué cosa es la indigencia en Riohacha y, como nunca, ya sé lo que es caminar por sus calles con miedo a ser atracada y mirar con cara de sospecha a más de uno en el trayecto de una cuadra. Y como ya ni siquiera de eso puedo hacer gala porque se nos metieron al rancho y se han llevado poco a poco esa inocencia que nos caracterizó, termino refiriéndome a una que otra cosa que nadie entiende: amor por la tierra.

¿Y por qué debemos conformarnos con eso? Me pregunto muchas veces mientras busco a tientas la interminable lista de riquezas que tenemos los guajiros, haciendo a un lado las limitaciones que siempre nos hemos autoimpuesto, y que nos hemos creído que tenemos. ¿Por qué tenemos que conformarnos con ocupar los últimos peldaños en las cosas que podemos y debemos ser los primeros? Tenemos un vasto territorio plagado de cuanta riqueza natural se nos atraviesa. Tenemos la capacidad y los medios, ¿Qué nos hace falta? ¡Creernos el cuento! Eso nos hace falta.

Talento hay, capacidad hay, inteligencia hay… eso se demuestra una y otra vez con muchos guajiros que han trascendido las barreras de las limitaciones y han cruzado la línea de sus supuestas posibilidades. Las noticias positivas donde se destaquen situaciones como la tan anhelada cobertura de gas natural en el Departamento deben llevarnos a mirar siempre más allá, y para ello debemos fijar como punto de partida la educación.

La Guajira, esa porción de tierra que le hace afrenta al Atlántico y se irgue como una Península al Norte de Colombia, de paisajes agrestes y sosegados, de historias llenas de magia y legados pomposos, de olvido y de magia; puede y debe ser la mejor, o por le menos estar dentro de las mejores. No podemos seguir reproduciendo el cuento de nuestra falta de competitividad, no podemos conformarnos año tras año con ser de los Departamentos con niveles educativos más bajos, pues, si asumimos que el desarrollo de una región está directamente relacionado con la academia, la investigación y el conocimiento; debemos encaminar todos nuestros esfuerzos a cimentar una base sólida alrededor de ello.

¿Y qué tal si nos arriesgamos a ser los primeros? Empecemos por creernos el cuento de que queremos y podemos, tenemos con qué, sólo necesitamos disposición, ganas y comenzar. Sencillamente porque podemos tenemos el deber de hacerlo.