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Mar, Sep

Inversión para la educación

Editorial
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Una acción efectiva y eficaz para derrotar la violencia, el atraso y los abusos, es la educación que garantiza procesos firmes y válidos para consolidar la estructura necesaria en enseñanza y formación de conocimientos y conceptos para que los individuos tengan a la mano las suficientes herramientas que los ayude a tomar conciencia y camino a seguir en el desarrollo social, educacional y económico, a nivel personal, familiar y de temas de país.

La educación es un derecho básico de todos los niños, niñas y adolescentes, que les proporciona habilidades y conocimientos necesarios para desarrollarse como adultos y además les da herramientas para conocer y ejercer sus otros derechos; es además, un derecho humano, un importante motor del desarrollo y uno de los instrumentos más eficaces para reducir la pobreza y mejorar la salud, y lograr la igualdad de género, la paz y la estabilidad.

Se debe partir de la base de que la educación brindar considerables beneficios a la sociedad, no sólo a través de oportunidades de empleo e ingreso, sino también a través de mayores habilidades, la mejora del estatus social y el acceso a redes.


En este orden de ideas, el país debe encaminarse a educarse, con todas las herramientas que tenga a la mano. En días pasados se conoció, que el Fondo de las Naciones Unidas, que lucha contra la deserción escolar, anunció una inversión de 28 millones de dólares en Colombia, para programas de apoyo a niños venezolanos, desplazados internos, comunidades indígenas y afrocolombianas, y todo gracias al Estatuto de Protección Temporal, que creó y puso en práctica el ex presidente Iván Duque, que está arrojando sus frutos y que deben ser recogido para provecho de esa población desamparada.


La educación es uno de los factores que más influye en el avance y progreso de personas y sociedades; además de proveer conocimientos, la educación enriquece la cultura, el espíritu, los valores y todo aquello que nos caracteriza como seres humanos, siendo necesaria en todos los sentidos. Con base en lo anterior, El fondo fue creado en el seno de la ONU para defender la educación en situaciones de emergencia, actúa en Colombia  para brindar a las niñas y los niños afectados por las crisis interconectadas de conflicto, desplazamiento, cambio climático, pobreza e inestabilidad la seguridad, la esperanza y la oportunidad de una educación de calidad.

Desde la pasada administración presidencial, Colombia tomó medidas notables para proporcionar a personas refugiadas y migrantes de Venezuela acceso a la educación y  apoyar esta iniciativa es sentar las bases para construir un futuro pacífico para Colombia y Venezuela.

El apoyo de la ONU, al Programa Multianual de Resiliencia actualmente supera los 12 millones de dólares, y ha asignado otros 12 millones de dólares adicionales para la próxima fase de tres años que, una vez aprobada, traerá la inversión total en Colombia por más de 28 millones de dólares. Ahora, el mayor desafío para la integración efectiva de esta población es garantizar la salud, la educación y la soberanía alimentaria de todos los niños, niñas y adolescentes y jóvenes, con énfasis en aquellos en condiciones de vulnerabilidad.

La situación que se vive actualmente en Venezuela ha desencadenado la segunda crisis de personas refugiadas más grande del mundo. Actualmente Colombia alberga a 2,5 millones de refugiados y migrantes venezolanos en necesidad de protección internacional, además de 5,6 millones de desplazados internos. Además, los pueblos indígenas y afrocolombianos y niños con discapacidad también suelen quedar rezagados.

A pesar de los esfuerzos del Gobierno de Colombia para extender el estatus de protección temporal a personas venezolanas en Colombia, los niños continúan sin acceder a una educación de calidad. A noviembre de 2022, más de medio millón de niños, niñas y adolescentes provenientes de Venezuela se habían matriculado en el sistema educativo de Colombia.

Se requiere un estimado de 46,4 millones de dólares para financiar completamente la actual respuesta de resiliencia plurianual en Colombia; por lo tanto hay que  intensificar  la respuesta global a la crisis educativa en Colombia para no dejar a ningún niño o niña atrás y cumplir con los objetivos descritos  de desarrollo, basados en educación.