Las evaluaciones iniciales, según el Pentágono, apuntan que Israel fue capaz de interceptar la mayoría de los misiles entrantes y que el daño sobre el terreno fue mínimo.
Estados Unidos movilizó su poder militar este para ayudar a Israel a interceptar los cerca de 200 misiles lanzados por Irán contra ese país, cuyo impacto sobre el terreno, según las autoridades estadounidenses, fue limitado, pero tendrá consecuencias para Teherán.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ordenó a las Fuerzas Armadas de EE.UU. que ayuden en la “defensa” de Israel frente a los ataques iraníes y los destructores USS Bulkely y USS Cole lanzaron una docena de interceptores desde el Mediterráneo oriental.
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Desde la Casa Blanca, el asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, aseguró que aunque este nuevo ataque iraní contra Israel resultó “ineficaz”, se trata de una “escalada significativa” y que tendrá consecuencias, aunque no quiso adelantar ninguna medida hasta evaluar el alcance del ataque con detenimiento y hablar con Israel y sus aliados.
El portavoz del Pentágono, general de brigada Pat Ryder, dijo en una conferencia de prensa no tener conocimiento de que Irán hubiera advertido de su potencial ataque. Teherán respondió con ese bombardeo a los asesinatos del líder de Hamás, Ismail Haniyeh, el jefe del grupo chií Hizbulá, Hasán Nasrala, y un general iraní.
“Nuestro objetivo es prevenir un conflicto regional más amplio y seguiremos estando centrados en eso”, añadió el portavoz del Pentágono, según el cual el tamaño del ataque iraní de hoy duplica aproximadamente al registrado en abril.