Con estas acciones, el Icbf le asiste la responsabilidad de una alimentación adecuada y la protección de la niñez Wayuu.
El Bienestar Familiar avanza en su estrategia de fortalecer la atención a la desnutrición infantil en La Guajira, apostándole a un modelo que respeta los usos y costumbres del pueblo wayuu y prioriza la presencia directa en los territorios; lo que combina acompañamiento comunitario, vigilancia nutricional y acciones que reconocen la realidad social y cultural de las familias.
En la comunidad wayuu de Paraíso funciona el Centro de Recuperación Nutricional Tashalen, un espacio que se ha convertido en referente por su enfoque integral y su valoración del entorno cultural. Con capacidad para 20 niñas y niños junto a sus cuidadoras, el centro atiende actualmente a 11 menores que avanzan en su proceso de recuperación sin ser alejados de sus prácticas tradicionales.
Centros comunitarios que refuerzan el acompañamiento territorial
Además del Tashalen, el Bienestar Familiar opera seis centros de recuperación comunitarios distribuidos en los municipios de Manaure, Maicao y en el distrito de Riohacha. Estos espacios fortalecen la vigilancia nutricional y el acompañamiento psicosocial, al tiempo que impulsan la seguridad alimentaria de la primera infancia mediante un trabajo articulado con comunidades y autoridades locales.
Los avances también se evidencian en cifras concretas: 1.883 atenciones dentro del Servicio Integrado de Atención y Prevención a la Desnutrición, 189 atenciones en centros de recuperación para la primera infancia y 12.771 raciones alimentarias entregadas como respuesta a situaciones de emergencia y como parte de estrategias integrales en el territorio.
Un compromiso sostenido con la niñez wayuu
Con estas acciones, el Bienestar Familiar le asiste la responsabilidad de una alimentación adecuada y la protección de la niñez wayuu. La entidad mantiene una articulación constante con autoridades tradicionales, líderes comunitarios y gobiernos locales para garantizar intervenciones que respondan a la realidad del territorio y permitan enfrentar con mayor eficacia los retos nutricionales que persisten en La Guajira.
El enfoque cultural y territorial sigue siendo importante para avanzar hacia una atención más humana, respetuosa y cercana a las comunidades, consolidando procesos que dignifican a las familias y fortalecen el bienestar de la infancia guajira.
