El futuro no está en nuestra manos, no sabemos que noticia podemos recibir que nos haga sufrir o que nos quite la paz.
Dios es un Padre compasivo y por eso nos trata con amor y generosidad dándonos siempre nuevas oportunidades. Por eso ser compasivos es vivir en lógica de Dios. Una lógica muy distinta a la que los humanos usamos para construir nuestra historia. Mientas nosotros hemos hecho de la indiferencia y del egoísmo nuestros valores más importantes, Dios nos invita a vivir en la solidaridad y la generosidad. Dios nos recuerda que la generosidad es la fuente de la abundancia.
Tenemos que evitar que la vida se vuelva una maquina de producir dinero y satisfacciones corporales. La vida tiene que ser más profunda y tiene que tener sentido. Cuanto nos dedicamos sólo a lo que brilla, es útil y pesa, desconocemos tantas realidades que están en nuestra vida y que nos realizan como seres humanos. Ser compasivos es aprender a vivir en comunidad, ayudando a los demás a ser cada día mejores.
En todas las relaciones que tenemos necesitamos ser compasivos. No nos podemos negar a la posibilidad de amar libremente y de ser solidarios con todos los hermanos que nos necesitan. Juntos podremos ser felices. El egoísmo sólo nos lleva a la destrucción y al dolor. Animo. Oramos juntos.