Al gobierno estatal le consta que la alta guajira posee históricamente un gran enemigo que supera los torbellinos de muertos que podía ocasionar las más mortales de las epidemias, sin embargo, le sido indiferente escuchar sus suplicas.
Al finalizar el año 2015 la comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) dio la voz de alerta e instó al ejecutivo colombiano a que tomara medidas para solucionar la grave crisis humanitaria que adosen miles de niños y adolescentes en esta zona del país. Este mismo organismo (CIDH) aseguró que la presunta falta de acceso a agua potable y el estado de desnutrición causó la muerte a cerca de 4.800 niños entre los años 2007 y 2015.
El abandono estatal es parte de la historia esta zona de la guajira y el Estado aún sigue ratificando la historia como tradición. En los primeros meses del año 2016 murieron por desnutrición cerca de 50 niños. En solo ocho años y unos meses del siguiente año (2016) la mortandad infantil casi llegaba a los 5.000, lo que indicaba que la situación era de atención inmediata. La Corte suprema de Justicia exigió al gobierno de Juan Manuel Santos que pusiera en marcha un plan eficaz que diera solución integral y definitiva a las dificultades de desnutrición, salud y falta de acceso al agua potable y salubre.
Enterado de este problema casi insoluble, el presidente Santos se acercó a la población de Nazaret y prometió que para La Guajira tenía unos carros cisternas capaces de cubrir el desabastecimiento de sequía que sufría la región, a parecer las palabras del presidente murieron al nacer. El departamento sigue aun mostrando que, a causa de la desnutrición crónica y la sequía, la tasa de mortalidad en la niñez alcanza a 32 decesos por cada mil nacimientos.
Al analizar la geografía nacional, nos podemos enterar que el municipio de Uribia es el único que ni siquiera alcanza a colindar con un hálito de río. Pero no debemos olvidar que la costa de este municipio se encuentra acariciada por el mar caribe. Si la escasez del agua potable nos agobia, tenemos pues, un océano como materia prima para acabar de manera concluyente con el desabastecimiento de agua potable en el municipio.
Con plantas desalinizadoras se puede superar el problema de la escasez de agua potable para el consumo humano y fuentes de regadío
Quitarle la sal al agua marina para convertirla en líquido dulce apto para el consumo humano y las labores domésticas, es una de las alternativas que pueden acabar definitivamente con la sequía en la región.
Experiencias de este tratamiento conocido técnicamente como desalinización del agua han mostrado su éxito en países con escasos recursos hídricos como Israel, donde esta técnica puso fin en 2008, a la sequía más fuerte que sus habitantes habían sufrido en casi un milenio.
Debido a que en represa del río ranchería, el municipio de Uribia en su totalidad no se verá beneficiado, hace urgente la necesidad de implantar estas clases de maquinarias, llegaría como milagrosa a los suelos de nuestra alta guajira, porque no sólo abastecería del preciado líquido al indígena sino multiplicaría los cultivos y acabaría con la mortandad de la niñez.