Era inevitable que los alardes navales de Irán en aguas del Caribe, producirían una escalada de tensión diplomática con E.U., que entendían que las maniobras eran un asomo a la “plataforma” que se pretendía establecer, teniendo como eje a Venezuela, dentro de las ansias expansionistas de Rusia, China y el régimen de Teherán.
Los propios expertos en el tema Humire e Ilan Berman, funcionario del Consejo de política exterior estadounidense, subrayaron que el precedente de ayudas al país caribeño, nada tiene que ver con fines altruistas: “Más que una transferencia comercial de combustible, las petroleras afiliadas a la Armada de la República Islámica de Irán (IRGC), estaban probando las aguas del Caribe para encontrar rutas, puertos y límites precisos para una presencia naval en el futuro”. Algunos se preguntan si Venezuela siendo la punta de lanza de la estrategia, a sus ya casi inexistentes recursos de petróleo y oro, y a su envidiable posición geográfica, sería la indicada para asumir el liderazgo de la alianza. Pareciera que no.
Bernabé le pego a Muchilanga, Muchilanga le pego a Bernabé. Los ingentes recursos naturales del país caribeño fueron hechos trizas desde el comienzo de la revolución socialista siglo XXI; hoy, los pocos que le quedan son” distribuidos “por Rusia, mientras que Irán “contribuye” mediante convenios informales, que no tratados comerciales, por lo menos por ahora, en tanto que China, lo asedia por una deuda mayor a 190.000 millones de dólares, apoderada, además, de los recursos petroleros. Venezuela es apenas, entonces, un “comodín” de la escalada islámica.
Desde 2005, cuando Chávez, Teherán ha acompañado: …. “La revolución bolivariana (que) era un proceso para buscar una habilidad asimétrica de expansionismo del territorio venezolano hacia otros terrenos”, y observado complaciente, el auge de las economías ilícitas, que destruye fronteras, creando las llamadas “zonas grises”, en las que florece el narcotráfico, y por supuesto, el apoyo a los grupos armados irregulares.
El régimen iraní entonces, se apoderó del grueso del libreto, mientras que, de la letra menuda, se ha encargado la revolución siglo XXI, que políticamente ha fortalecido sus nexos con países afines de la región. Falta la salida al Pacifico, y se habrá completado la tarea. Para eso, a Colombia le asignaran libreto.
Un gran bloque geopolítico conectado a las economías de la región, bajo la egida islámica y el padrinazgo de Beijing y de Moscú.