La Organización Internacional del Trabajo (OIT) prevé que las medidas de confinamiento y de contención para hacer frente al covid-19 amenaza con aumentar los niveles de pobreza relativa de los trabajadores de la economía informal a nivel mundial, de tanto como 56 puntos porcentuales en los países de bajos ingresos.
El organismo internacional destacó que las medidas de confinamiento agravaran la pobreza y la vulnerabilidad de los 2.000 millones de trabajadores de la economía informal.
“La mayoría de los trabajadores informales no tienen otros medios de subsistencia, por ello enfrenta un dilema que prácticamente no puede ser resuelto: morir de hambre o por el virus”, señalo la nota informativa de la OIT.
Además, en numerosos países, las medidas de contención del Covid-19 no pueden ser aplicadas eficazmente porque estos trabajadores necesitan trabajar para alimentar a sus familias.
De acuerdo con el Dane, de los 21 millones de trabajadores del país, unos 9.45 millones corresponden a los llamados cuenta propia, grupo en la que la gran mayoría de estos ejercen sus actividades de manera informal. Hacia la porción de este grupo poblacional, que no está cubierta por los planes sociales del Estado.
Cada vez cuando ya se acerca el fin del aislamiento preventivo obligatorio se extiende la cuarentena y a paso lento se reactiva la economía formal, cumpliendo protocolo de bioseguridad, la preocupación que quiero dejar plasmada en esta nota de opinión es que la población informal de este país y por el cual es mayoría no está haciendo atendida de una manera eficiente, hay cuestionamiento en el apoyo de alimentos donde tristemente se ha politizado, los vendedores ambulantes impulsados por la necesidad salen a desafiar las leyes impuesta por las autoridades y como respuesta sus mercancías son decomisadas.
La gente del rebusque está desesperada por conseguir algo de dinero, mientras que el gobierno central gastará 9.500 millones para equipar el Escuadrón Móvil Antidisturbios (Esmad), dentro de la adquisición se encuentran gases lacrimógenos, granadas de aturdimiento y bala ‘bean bag’ y tanquetas, todo parece en plena pandemia prepararse para una guerra, el gobierno sabe que hay una débil estructura del sistema social y que a todos no les va llegar la ayuda, preocupa esta situación y los desmanes y bloqueos de vías que se han presentado en diferentes zonas del país.
El sistema de identificación para saber quién en realidad está en condición de vulnerabilidad es precario, el Estado tiene que hacer un esfuerzo en la modernización del manejo de datos y así fortalecer este sistema para que las ayudas lleguen a las personas indicadas.
El Estado Colombiano tiene que actuar con diligencia en la ejecución de políticas públicas con la población informal ante que ocurra un estallido social que puede salirse de control, otra reflexión es que los órganos de control deben seguir trabajando mancomunadamente para combatir el flagelo de la corrupción que carcome el erario, para que este indicador social del trabajo informal se reduzca porcentualmente y comparto esta frase de un ex mandatario presidencial “nadie puede sentirse realmente rico si está rodeado de pobreza”.