No es un secreto que el partidor presidencial ya se está conformando. Hay candidatos más que cantados como Vargas Lleras por el partido Cambio Radical, pero hay otros partidos que aún no tienen un candidato claro, puesto que no tienen una persona que sea considerada la opción natural y lógica. Tal vez lo más cercano a un candidato obvio, es Humberto de La Calle por el Partido Liberal.
Esto obliga a que si se quiere una tercera opción, las alianzas son obligadas entre los partidos que hoy no tienen ninguna. El tema se vuelve interesante porque ni el partido Liberal ni Cambio Radical, tienen por sí solos los votos suficientes para poner presidente; es decir, ellos también tienen que hacer alianzas, y la más obvia es con el partido de la U.
Introducción bastante larga para preguntar ¿Dónde está Sergio? Me refiero a Sergio Díaz Granados Guida. La pregunta la formulo porque Sergio es la única carta que tiene el Magdalena para jugar de alguna manera en las próximas presidenciales. En el panorama de las alianzas forzadas que se avizoran, una figura conciliadora, exenta de polémicas, y que se las lleva bien con todos los lados, tiene mucho valor estratégico, y creo que podríamos apostarle a que Sergio fuera parte de alguna de las fórmulas presidenciales.
Sin embargo, para tener posibilidades de algo, hay que estar metido en la pelea, subido en el ring, y por esto, si a Sergio le interesa todavía participar activamente de la vida pública y política del país, debe regresar inmediatamente. Si le interesa seguir en lo político, tiene que emular a la Niña Tulia, la mamá del Flecha, y hacer lo posible para ganarse un barato en la pelea.
Para estar metido en la pelea no se puede estar ausente de la discusión de los temas fundamentales que hoy se están dando por cuenta de los dos procesos de paz. La discusión de los temas fundamentales en un escenario posconflicto producirá como consecuencia natural un reacomodamiento de las fuerzas políticas. Entre otras cosas, no es impensable que el Centro Democrático una vez firmado el acuerdo con las Farc, pierda su razón de ser; es decir, pase a ser un proyecto político abortado, a menos que se reinvente.
Aun no es claro qué sucederá en lo político en los próximos dos años, pero la carta del Magdalena tiene que meterse en el juego ya. Entiendo que el servicio público muchas veces demanda sacrificios personales, y que no es fácil pedirle a alguien que está disfrutando de las mieles de la burocracia internacional, en un país tranquilo, viviendo una vida tranquila, que abandone eso y venga a Colombia a meterse en el tanque con los tiburones. Por esto el servicio público es una vocación y no una profesión, como muchos creen.
Creo que es legítimo que el Magdalena por medio de Sergio Díaz Granados aspire a tener un papel importante en la contienda presidencial que se avecina, y sería una señal positiva que la fórmula vicepresidencial fuera de las regiones porque es en las regiones donde se implementará el posconflicto. Pensando en voz alta, aunque se ha insistido en que la fórmula vicepresidencial de Vargas Lleras será el actual alcalde de Barranquilla, yo no descartaría que la necesidad de una alianza le abra la puerta a una vicepresidencia de Sergio, y creo que al clan Char no le molestaría. Vargas Lleras es una figura que divide y necesita un segundo de a bordo con un talante más conciliador y que sirva de puente con los otros partidos. Además, el mismo análisis se aplicaría al Partido Liberal, que también necesita alianza, y la obvia es con el Partido de la U, y aquí Sergio también sería valioso.
Es decir, hay un número importante de escenarios en que Sergio puede convertirse en la pieza clave para inclinar la balanza. Ojalá le suene y venga a ponerse los guantes de boxeo.