El mundo entero ha comenzado a sentir pasión por un tema bien discutido pero a la vez poco entendido y menos aplicado por quienes tienen la responsabilidad de hacerlo. Se trata del desarrollo sostenible.
Las Naciones Unidas en coordinación con el gobierno de Noruega prepararon la Cumbre de la Tierra en Rio de Janeiro en 1992, en la que se trazaron los lineamientos para que los países miembros adoptaran las metodologías, estrategias y recursos orientados a mejorar las condiciones de vida de los habitantes, especialmente de los más pobres quienes sufren con mayor rigor el azote del hambre y de las enfermedades.
En primer término debemos definir qué es Desarrollo. Comúnmente entendemos el desarrollo asociándolo al concepto económico. Éste se entiende como la capacidad de las fuerzas productivas de los países o de las regiones con el propósito de crear riqueza para promover y mantener la prosperidad o bienestar económico de los habitantes.
Sin embargo el concepto de desarrollo ha cambiado con el transcurrir de los años, por eso los países han acordado bajo la coordinación de las Naciones Unidas que el desarrollo debe fomentar, además de la prosperidad y las oportunidades económicas, un mayor bienestar social y la protección del medio ambiente a fin de mejorar las condiciones de vida de la población.
Ahora bien. Qué es desarrollo sostenible? En estos tiempos modernos se entiende el desarrollo sostenible como aquella evolución de la economía que es capaz de satisfacer las necesidades actuales sin comprometer los recursos y posibilidades de las futuras generaciones. Sin mucho razonamiento uno entiende que una actividad sostenible es aquélla que se puede mantener. Por ejemplo, cortar árboles de una plantación es una actividad sostenible, siempre que se asegure una oportuna repoblación forestal,
Defensores del desarrollo sostenible afirman que la especie humana mantiene patrones de consumo desmedidos dentro de un planeta con recursos limitados, en el cual habita. Otro factor es el hecho de que la creciente actividad económica sin más criterio que el económico mismo, puede producir graves problemas medioambientales irreversibles.
Sin embargo para defender con suficientes argumentos el concepto y la aplicabilidad del desarrollo sostenible se requiere un gran esfuerzo, porque éste guarda para sí fuertes principios como son: Ningún recurso renovable deberá utilizarse a un ritmo superior al de su generación; ningún contaminante deberá producirse a un ritmo superior al que pueda ser reciclado, neutralizado o absorbido por el medio ambiente; ningún recurso no renovable deberá aprovecharse a mayor velocidad de la necesaria para sustituirlo por un recurso renovable utilizado de manera sostenible.
En contraposición a esos principios, hay autores argumentando que estas tres reglas están forzosamente supeditadas a la inexistencia de un crecimiento demográfico. Consideran que la aplicación del desarrollo sostenible es muy diversa y en ocasiones perversa. En ese mismo orden de ideas, otros ideólogos consideran que, o es desarrollo o es sostenible pero no los dos. También argumentan que el capitalismo, al estar basado en el crecimiento y la acumulación constante de bienes incrementando el ritmo de crecimiento, es ecológicamente insostenible.
Expuesto todo lo anterior los lectores podrán evaluar y orientar su opinión acerca de qué tan soportable es el concepto moderno del desarrollo sostenible sin que se limite la capacidad del hombre para innovar y desarrollar nuevas metodologías enfocadas a garantizar la vida humana en el planeta Tierra sin extinguir los medios naturales de la producción en ella.