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Al borde de un ataque de nervios

Columnas de Opinión
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Escrito por:

José Lopez Hurtado

José Lopez Hurtado

Columna: Opinión

e-mail: joselopezhurtado13@yahoo.es

Se han agitado por estos días las aguas de la política en algunos países de la región, con imprevisibles consecuencias que escapan al análisis del más agudo de los observadores.

Sin duda, una situación notablemente compleja, la de Brasil, con una Dilma Rousseff al borde de la destitución, como la punta del iceberg, que ahogaría a otras figuras prestantes como los ex presidentes Fernando Henrique Cardoso, Fernando Collor de Mello y el mismo Ignacio Lulla Da Silva, quienes han sido salpicados por las investigaciones a Petrobràs, alrededor de la cual se tejieron criminales redes de lavado de dineros, licitaciones amañadas, pago de sobrecostos y desvío de recursos millonarios.

Los conocidos delitos de “cuello blanco”, en los que se involucran dineros del erario público, verdaderos “hampones” de corbata y corbatín, robándose el dinero de los ciudadanos. Todo comenzó a resolverse cuando los implicados firmaron un acuerdo de colaboración con la justicia, delatando a otros partícipes (delación, o principio de oportunidad, como se conoce en Colombia, para hacerse acreedores a rebajas sustanciales de pena), práctica procesal que va en aumento, al firmarse a la fecha 12 acuerdos con la Procuraduría de la Nación, que han develado el destino final de 1.5 mlls de dólares recibidos solo por una persona, y han permitido rastrear otros dineros depositados en cuentas de China, Hong Kong, o en empresas de papel que simulaban importaciones y exportaciones.

El descubrimiento de la compra de una refinería con dinero de la empresa estatal brasilera en Pasadena (EEUU), por un precio 47 veces mayor al real, mientras Rousseff era la encargada de las compras, la tiene ahora al filo de un proceso de Impeachment, es decir de su salida de la Presidencia por la puerta de atrás, si es que después de pasar el asunto por la Cámara de Diputados, 54 votos de Senadores, en un juicio que sería dirigido por la Corte Suprema, resuelven ordenar su salida, en principio, en forma provisional por 180 días.

El escándalo promete sacudir los cimientos más profundos de la política del gigante brasilero y reacomodar todas las fuerzas hacia el inmediato futuro, con miras a las elecciones de 2018, escenario en el cual los partidos y coaliciones que han manejado al país, llegan disminuidas y arrastrando un alto nivel de desprestigio y desconfianza públicas.

Otro tanto, sucede en Colombia, en donde los índices alarmantes de corrupción que se han presentado al interior del gobierno del Presidente Juan Manuel Santos, debilitan, cada vez más, la  posibilidad de que el pueblo con su voto apruebe los acuerdos con la guerrilla en La Habana, pues se asumiría la cita electoral del plebiscito al que se ha convocado, no como una refrendación de la paz, sino como una desaprobación al gobierno en todos los frentes, el social, el económico, el de la carestía, y el de un eventual apagón o racionamiento, no por motivo del fenómeno de El Niño que ha azotado a varias regiones del Continente, sino precisamente por causa de una acusada improvisación y desgreño de sus autoridades energéticas.

Perú con Keiko Fujimori encabezando las encuestas, de cara a las elecciones  presidenciales, y Venezuela, con la ley de amnistía aprobada por la oposición en favor de los presos políticos, y con un referendo revocatorio contra Maduro, seguirán enturbiando las aguas en el vecindario.

Por: Jose López Hurtado