El 2020 sin duda ha sido un año atípico para el mundo entero y la sociedad colombiana no ha sido ajena a ello. Ni que decir de lo que han sido estos meses para la Universidad del Magdalena, que se ha visto enfrentada como comunidad a grandes adversidades, como ha sido la suspensión de las actividades presenciales, tanto académicas como administrativas a partir de la pandemia por COVID-19, lo que demandó la migración a nuevas alternativas educativas, la transformación en la forma de enseñar y de aprender; un reto a gran escala que ha sacado lo mejor de esta Casa de Estudios Superiores, para seguir brindando a miles de jóvenes una formación de Alta Calidad, aun sin en medio de las dificultades que genera ser la universidad acreditada por alta calidad con menor recursos girados por la Nación.
Desde que la Presidencia de la República a través de la Directiva Presidencial No 02 del 12 de marzo de 2020, estableció el trabajo en casa por medio del uso de herramientas tecnológicas como determinación para evitar la propagación del virus, no ha sido fácil para Unimagdalena asumir el desafío. La Institución no se ha detenido, en sus dinámicas académicas, ahora cambiantes y reguladas por una interacción lejana físicamente, pero cercana en la generación de conocimiento desde ambientes virtuales, respaldadas por la adopción de medidas académicas excepcionales y flexibles en programas de pregrado y postgrado.
Ese es el componente académico, pero la visión de ser una Universidad incluyente va más allá de las notas o el resultado. Y es que la Universidad del Magdalena durante la emergencia sanitarias ha dado muestras de ser una Universidad con capacidad de resiliencia y de esfuerzo, de trabajo y compromiso, llevando la bandera de la innovación y de la inclusión.
“La vida es primero”, fue el llamado inicial del Rector Pablo Vera Salazar a la comunidad estudiantil y profesoral. En este sentido, la Universidad del Magdalena, cumpliendo con una de sus políticas en que ‘Primero es la Gente’, creó un Fondo de Solidaridad institucional donde más de 255 miembros entre directivos, jefes de dependencias, administrativos y docentes, donaron parte de su salario para ayudar a todas las personas de la comunidad universitaria que se encuentran afectadas por la pandemia.
Con la participación de 313 donantes en el primer mes, fueron recaudados un poco más de 52 millones de pesos, monto que se transformó en bonos de mercados por $50.000 cada 15 días. Se han beneficiado 578 estudiantes con diferentes condiciones de vulnerabilidad, en su mayoría pertenecientes a estratos 1, 2 y 3 y sin estrato.
Asimismo, se apoyó a los estudiantes beneficiarios de programas como Jóvenes en Acción, para que el Gobierno Nacional agilizara la transferencia de recursos para la atención de 5.116 beneficiarios y lograr la vinculación de 3.961 más.
Igualmente, se giraron recursos por el orden de 35 millones de pesos para cubrir gastos de 21 estudiantes que se encuentran en diferentes países como parte del programa de Movilidad Nacional e Internacional de la Institución.
Sin embargo, con el creciente impacto del COVID, con el paso de las semanas aumentaban las problemáticas ocasionadas por el confinamiento obligatorio.
Pese a las carencias de toda índole que presentan los magdalenenses, dado la falta de recursos y pobreza que vive el Departamento, las directivas siguieron apoyando la idea en mantener la normalidad académica, una acertada decisión que confirmó que no existen barreras invencibles cuando motivan las ganas de aprender y salir adelante.
Entonces, la Universidad hizo una inversión de 346 millones de pesos en 400 equipos de cómputo, 500 sim cards para acceso a internet, además de tabletas, suministrados a los estudiantes que más necesitaban esta ayuda. Fue así como por redes sociales y medios de comunicación, se dio a conocer la llegada de la Universidad del Magdalena a lugares recónditos del Departamento para hacer entrega a sus estudiantes de herramientas tecnológicas que permitan el desarrollo de la virtualidad académica.
La investigación y la innovación son de las banderas que con mayor fuerzan ondean con el nombre de UNIMADGALENA. En materia de salud pública, la Universidad no solo ha tomado determinaciones para garantizar el bienestar de sus diferentes estamentos, sino que ha desplegado esfuerzos administrativos y económicos para aportar desarrollo académico al Departamento en lo relacionado con el virus. En menos de 35 días gestionó uno de los logros más importantes en los últimos años para la Institución; la aprobación por parte del Instituto Nacional de Salud -INS- para que el Laboratorio de Biología Molecular pudiera realizar pruebas diagnósticas de COVID-19 para Santa Marta y el Magdalena.
Así, la Alma Máter entró a ser parte de la red ampliada de 56 laboratorios para el diagnóstico del COVID-19 en Colombia e incluyó en este grupo, al departamento del Magdalena, uno de los más afectados en el país por el contagio del virus.
El COVID 19 ha marcado una página histórica en el planeta, ha reflejado los verdaderos valores de la vida y en evidencia las necesidades de los más vulnerables, por esto la Universidad del Magdalena no ha dado la espalda y siempre ha buscado Rutas para Avanzar entre la adversidad.
Pero esta emergencia sanitaria y la adaptabilidad a nuevos hábitos, hicieron que UNIMAGDALENA le diera la vuelta al mundo.
El grado de 13 médicos que asistieron virtualmente a su ceremonia, representados por “LIED”, uno de los tres robots humanoides del país, llegó a conocerse en Estados Unidos, Asia, Centro América y Europa. Una noticia que demostró el poder de resiliencia que tiene este Centro de Estudios.
“LIED” hace parte del equipo Sinfonía del proyecto Opera, liderado por Bancolombia, para explorar la APP de inteligencia artificial. Vestido con toga, conectó en línea a cada uno de los graduandos y permitió la interacción en una ceremonia de grado atípica, que no solo mostró la fortaleza de la Universidad para reinventarse, sino que hizo posible que nuevos profesionales de la salud salieran a hacer frente a la batalla contra el COVID bajo el pedido de “ser más humanos, menos robots, más éticos y con rigor profesional”.
Tradicionalmente la graduación representa un momento importante en la carrera de los estudiantes, pero también, es reconocido por las directivas como un acontecimiento especial para los padres de familia, por eso fue llevado el diploma de graduación personalmente casa a casa y por correo electrónico a más de 300 nuevos graduandos.
Otra de las acciones emprendidas se dio a través del Convenio PRISMA en busca de la resocialización y reinserción de los internos en la Cárcel Distrital, donde se realizó la entrega de 400 jabones en barra antibacteriales, 20 máscaras de protección personal y 50 batas quirúrgicas para el cuerpo médico del establecimiento penitenciario, funcionarios del Inpec Santa Marta y personas privadas de la libertad.
Los desafíos han sido muchos, así como los reconocimientos que se han conseguido. No es para menos ser pionera en el país junto con la Universidad de Los Andes en la implementación de calificaciones no numéricas, la implementación exitosa de la virtualidad (95% de uso). Así como también, la apertura de todas las herramientas tecnológicas disponibles, la biblioteca en línea las 24 horas y tener más de 60 e-books, revistas y artículos científicos, institucionales y culturales gratis disponibles durante la pandemia.
El arte, la cultura y el emprendimiento bajo el liderazgo de los estudiantes también aparecen en la lista de acciones que la Universidad ha apoyado. Es importante mencionar el Festival de Cine en Casa en Cuatro Paredes FECON4, una iniciativa estudiantil que invitó a crear filminutos desde los hogares durante el confinamiento, una forma de incentivar el cine que recibió el respaldo por las directivas de la Alma Mater.
Los futuros profesionales han sacado su casta con ideas innovadoras para enfrentar la batalla contra el nuevo virus. Estudiantes de la Facultad de Ingeniería diseñaron mascarillas de protección con impresión 3D, “Dexter” una cabina de desinfección peatonal que erradica gérmenes en el cuerpo y un dispensador de gel en alcohol industrial fabricado con tubos pvc, propuestas que justifican el enorme talento estudiantil y que han contado con el respaldo absoluto de la Institución.
Al igual que, se desplegaron todos los servicios de bienestar para ser prestados en línea, ayudas psicológicas necesarias por el confinamiento, seguimiento y apoyo médico en la prevención del virus; la participación de siete propuestas de solución a la pandemia en Mincienciatón, una en cooperación con la Universidad de Los Andes; un periodo de gracia de tres meses y sin intereses para los estudiantes que tienen financiación directa con la institución y gestiones con el Gobierno Territorial y Nacional para apoyar a los estudiantes con el pago de estas deudas.
El propósito, ahora, es garantizar la permanencia de los estudiantes, donde un 99% pertenece a los estratos 1, 2, 3 y sin estrato, una deuda en el 2020-2 que asciende a los $14.062.029.355 en uno de los departamentos con mayor índice de pobreza multidimensional en el país y menor tasa de cobertura en educación superior.
Por eso, durante sesión virtual del Consejo Superior, el Doctor Pablo Vera Salazar presentó escenarios financieros proponiendo la disminución de gastos de funcionamiento y fuertes recortes a la inversión buscando avanzar a la gratuidad de la matrícula de los estudiantes en el próximo periodo académico, priorizando los de mayor condición de vulnerabilidad.
Es así como, UNIMAGDALENA proyecta un importante recorte en inversión que sumaría $9.587.438.081 y reducción de gastos, entre los que se destacan: tiquetes, viáticos, desplazamientos, hospedaje, servicio de vigilancia, servicio de aseo, energía eléctrica, entre otros, cuyo grado de recorte dependerá si se retoman o no las actividades presenciales tanto en lo académico como en lo administrativo.
En esta pandemia, que marcará un antes y un después en la historia de la humanidad, la UNIMAGDALENA, ha colocado su sello, poniendo el conocimiento al servicio del país para enfrentarla. Además, ha asumido este problema mundial como una oportunidad para dar lo mejor que tiene.