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Cuando se extinguirá el irresponsable mandato de los dirigentes guajiros

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jesús Iguarán Iguarán

Jesús Iguarán Iguarán

Columna: Opinión

e-mail: jaiisijuana@hotmail.com

El pasado miércoles, este diario sacó una columna escrita por el señor Colmenares, donde hace una clara declaración del maltrato que los gobernantes de La Guajira le han dado a su región. Inconforme el señor Colmenares explicaba que, desde su creación como Comisaría, luego como Intendencia y ahora como Departamento, la región ha sido saqueada de manera indiscriminada por la cadena de gobernantes que por ella han pasado, prueba de ellos es que gran parte de sus gobernantes han pasado más tiempo encarcelados, que en cumplimiento de su mandato y los que gozan de su libertad, es porque, sin tener explicación alguna, que hasta han confesado la verdad, se dilaten en forma infinita los procedimientos con el deplorable resultado de que, finalmente, se confunden las pruebas, desaparecen y se distorsionan para favorecer la impunidad. Sin embargo, aquellos verdugos de ayer, todavía teñidos sus rostros y cubiertos con los despojos del robo, se hacen pasar por víctimas indefensas.

Los que han lesionado la integridad humana de miles de niños que aún se encuentran víctima de la hambruna y epidemias a causa de la desatención, la escasez, el desamparo y el olvido, los que han hollado más de mil veces las leyes, los vociferadores frenéticos aún son aplaudidos como apóstoles del derecho, y los niños guayús siguen viviendo el calvario de tener que convivir con el eccema de las epidemias y registrar el más alto índice de mortandad en el país a causa del menosprecio y la desatención. El promedio de muerte de niños por epidemia en La Guajira, registra mayor porcentaje que el promedio nacional, sin embargo, no se ha realizado el mínimo esfuerzo por tratar siquiera en superarlo.

Lo grave, que ha generado la clase política, es que se siguen mostrado como grandes filántropos de la región y el pueblo engañado por sus habilidades malévolas resuelve volverlos a elegir.

En la alta guajira es notable que, el día de las elecciones, el indio guayú adquiere mucha importancia, lo van a buscar en su casa, ofreciéndoles mecanismo de favorabilidad política, los hacen votar por un pequeño diezmo como compensación a su sufragio y luego lo llevan a su casa, pasado el día electoral, el indio guayú queda al abandono de los dirigentes estatales.

La salida del gobernado Nemesio Roy Garzón, ya está que cumple seis meses y aún no se ha nombrado el nuevo gobernador de La Guajira, al parecer el presidente Pedro lo tenía engavetado por ganarse el voto a la Reforma Tributaria de los parlamentarios que acompañaron a Roy Garzón en el pasado debate electoral de gobernadores, alcaldes, diputados y concejales, ahora que ya le concedieron el voto, aún sus dirigentes siguen gozando del poder sin el menor cuidado que le puedan nombrar el gobernador que termine lo que haga falta para el periodo de cuatro años.

La falta de diligencia estatal ha logrado que la maldad de los dirigentes avance con innegable rapidez hacia formas más elaborada, sin que se pueda detener en la búsqueda de un mecanismo para combatirlo, la compra de voto ha convertido al sufragante en elegir a cambio de un pequeño diezmo, la alcaldesa de Bogotá dijo a principio de su gobierno que se negó a la compra de votos porque: “el que paga para llegar, llega a robar”, Jorge Enrique Robledo, senador de alta categoría en el Congreso de la República y quien se ha distinguido por ser un opositor a los gobiernos de turno, acaba de publicar un libro el cual ha titulado “la corrupción en el poder y el poder de la corrupción en Colombia”, el libro se basa en “De hacerle trampa a la ley… a incluir la trampa en la ley” , sin duda es una gran radiografía de la corrupción del país que, los legisladores guajiros han sabido asimilar y aplicar con alto entendimiento.