Las predicciones económicas para América Latina y el Caribe en tiempos del Covid-19 no son para nada positivas.
Mientras el Banco Mundial anticipa una contracción del 4.6%, el Fondo Monetario internacional estima una reducción del 5.2%, cifras desalentadoras para el cierre del presente año; aunque al mismo tiempo proyectan un crecimiento para el 2021 del 2.6 y el 3.4% respectivamente.
Para Colombia el panorama no es contrario, el FMI proyecta una contracción del 2.4%, mientras el Banco Mundial estima una caída del 2.0%; sin embargo, el Fondo Monetario Internacional proyecta para el 2021 una recuperación del 3.7% por el impulso y la buena dinámica presentada por la economía nacional en el 2019. Sectores como industria alimentaria, la agricultura y la salud van a presentar positivos desempeños al final del presente año.
Mientras tanto el Comité Consultivo de la Regla Fiscal (organismo creado en el 2011 para el estudio y acompañamiento en el cumplimiento de la mencionada regla en Colombia), prevé un crecimiento negativo del -5.5%. La regla fiscal es el compromiso que tiene el gobierno para reducir la brecha o diferencia que existe entre los ingresos y los gastos de la nación. El Comité ajustó la meta de déficit fiscal hasta el 6.1% del PIB, equivalente a una cifra de 60 billones de pesos, lo que permitirá triplicar el déficit para poder enfrentar la crisis actual.
En la actualidad, el gobierno cuenta con una línea de 10 billones de pesos de los cuales se han desembolsado cerca de dos billones para ayudar a empresas que presenten las mayores dificultades. De la misma manera se acaba de aprobar un paquete por $6 billones para subsidiar nóminas de empresas que hayan presentado una disminución en sus ingresos; este subsidio es con el fin de proteger los empleos y se otorgará por tres meses. Ya en la primera declaratoria de emergencia económica se tomaron recursos por $15 billones para atender Familias en Acción, Jóvenes en Acción y Colombia Mayor.
Por otra parte, las medidas tomadas recientemente como la reducción de la tasa de interés de intervención al 3.2%, es con el objetivo de incentivar la colocación de recursos a un menor costo para que los medianos, pequeños empresarios e independientes puedan enfrentar la situación actual. De igual manera el gobierno viene adoptando estrategias junto con el Fondo Nacional de Garantías (FNG) como el otorgamiento de avales para facilitar el acceso de recursos frescos a los principales actores de nuestra economía.
Lo anterior refleja la utilización de las herramientas de la política macroeconómica (Política Fiscal y Monetaria) por parte del gobierno nacional para enfrentar el desempleo y la baja producción que se pueden acrecentar en el corto tiempo. Estos instrumentos económicos buscan reducir el impacto sobre las principales variables macro y lograr un resultado positivo a finales del 2021.
Para concluir se necesita reducir aún más la tasa de interés de intervención, por lo menos hasta el 2%, para atender de manera inmediata el problema de iliquidez del tejido productivo. Por su parte la banca comercial debe ser consecuente agilizando los desembolsos, con bajas tasas; no se trata de reestructurar sino de colocar nuevos recursos.