Para el caso que nos ocupa, una mujer proxeneta es tanto peor que serlo siendo hombre. Es pécora abominable que denigra de ella misma convirtiéndola en aberrada mercader del sexo, pervirtiendo, degenerando el valor intrínseco, inestimable, de su noble, digna y bella condición humana femenina. Más allá de su corrupta comercialización del sexo prostituyendo su decoro y obvio, el ajeno con aberrada saña utilitaria y mercantilista, la proxeneta es el más perverso engendro disoluto de la sagrada honra de la mujer, núcleo –corrección-, matriz biológica de la vida misma, útero gestante espiritual del género humano.
Maldita mil veces la ‘madame’ cartagenera y todas las profesionales lumias y depravados gigolos que la compinchan, corrompiendo y literalmente convirtiendo en esclavas sexuales ¡sin escape posible alguno! a sus impúberes y pubescentes víctimas, pues hasta con tatuajes eran marcadas (¡horror!), como en los terribles “Konzentrationslager” de los nazis, nadie menos que por un ‘honorable’ capitán de la Armada de Colombia… ¡PLOP!… ¡Lo que diría el almirante José Prudencio Padilla! Lo anterior sin contar que como inexorable secuela de su repugnante infamia, la ‘madame’ y su pandilla expusieron a temibles patologías blenorrágicas, luéticas y al aún peor SIDA, a decenas (más de 250, que se sepa) de imbeles, ingenuas y paupérrimas jovencitas, de las que se desconoce cuántas, a no dudarlo, inficionadas estarán.
Es que “si perdéis esta ocasión única y feliz” (no se nos ocurre ‘veintijuliera’ expresión tribunicia más apropiada y oportuna) de su captura y no hay jueza o juez quienes in$obornable$ la juzguen (por supuesto, ‘en llave’ con su infame y cómplice ‘gang’), sino que por el contario venale$ ellos fueren, nada de extraño tendría que so pretexto de “$olidaridad de género” (?) o por lasciva satiriasis (!) a su favor fallar lo hicieran benigno$ y ‘alcahueta$’ (¡vaya con el puntual simil!), “por no representar un peligro para la $ociedad” (??) o por “falta de prueba$” (!!) y prevaricadores, aplicando la socorrida y rabulesca norma del, in dubio pro reo, o por el inicuo mecani$mo del “vencimiento de término$” (!!!) les dieran a los indignos y aberrados proxenetas sus chalets por ‘cárcel’ o peor, su física libertad, no obstante la abrumadora carga probatoria en su contra además del inadmisible y desafiante irrespeto y la vulgar desfachatez de la susodicha ‘madame’ cuando ‘desenfundó, ¡a dos manos! (¡qué Jesse James ni qué carajo!) sendas fálicas ‘pistolas’, no solo para despreciar –corrección- para perratear a los periodistas de la prensa escrita, radial y de T.V. que cubrían su policiva llegada a los juzgados de Cartagena, sino con el ostensible y cínico propósito de decirle a la Justicia colombiana, que ella sabe en demasía que en cuanta baranda judicial de nuestro país se pretenda administrar “pronta y cumplida justicia” a los ‘capo (o padrona) de tutti capi’, la ‘punitividad’ del o los sindicados es ’impunitiva’ en el $96% de los casos…. Lo que Jorge Eliecer Gaitán hubo de calificar como: “La justicia es para los de ruana”.
Ahora bien. Más allá de aplicar a la proxeneta ‘madame’ y a su ‘gang’ el garrote de la dura lex, sed lex, hay que sin consideración alguna (¿acaso la tuvieron ellos con sus jóvenes víctimas?) entrarle a manduco físico a la participación de pervertidos extranjeros -hoy fugitivos y protegidos tras las fronteras de sus países de origen-, quienes sádicos saciaron su tarada vesanía sexual en nuestras desgraciadas jovencitas, lo mismo que al degenerado accionar corruptor de connotados personajes de ‘la pesada’ nacional, que esperamos también “lleven del bulto”, pues ya escuchamos que la ‘madame’ está dispuesta a ‘cantar’ sobre poderosos ‘clientes’ criollos incursos en el abominable delito de “corrupción y acceso carnal con menores”. Y si extrapolamos bíblicos, he aquí que la veremos exclamando: ¡Muera Liliana del Carmen y todos los filisteos colombianos!…. Porque resulta y pasa que la perversión no sólo abarca a desgraciadas jovencitas, sino que hay también un sórdido capítulo de pederastia (sospechosamente ocultado al público) con infelices efebos cartageneros y de otros pueblos y ciudades colombianas….!!!! Mejor dicho, en este degenerado y aberrado despelote (¡sic!), lo único que falta por descubrir son sacrificios rituales de doncellas y efebos…. ¡Y vaya usted a saber si no se han dado….!!!