“Caminábamos con mi hermanita por la parcela que mis padres tienen en el centro del departamento de Nariño cuando sentimos que algo cayó en medio de las piernas y... caímos desmayados: mi hermanita con las piernecitas destrozadas y a mí me faltaban los dos pies” De esa manera se expresaban los niños Javier y Berta, nombres ficticios para no re- victimizarlos, cuando una mina de las que colocaba la guerrilla de la Farc -EP-,
Ese es el sueño del que todos los colombianos no han querido despertar todavía al ver que después de 50 años, el Estado haya sido posible acabar con la guerrilla más vieja, violenta y sanguinaria de Latinoamérica; la desmovilización de más de 10 mil excombatientes y la entrega de armas de aproximadamente el mismo número. ¿Cuántas vida se salvarán por ese hecho excepcional de acabar con la guerrilla? ¿Cuánto dinero dejarán de pagar los colombianos a través de los impuestos para seguir manteniendo la guerra? Si esto no es un sueño, no sé qué será. No es lo mismo cuando en el gobierno de Uribe para poder viajar por las carreteras de Colombia y no ser secuestrado por la guerrilla de la Farc- EP, colocaban una fila de soldados del Ejército al lado y lado de la vía, a que no haya secuestro por el hecho de la desmovilización y entrega de las armas del mismo grupo. Hay una diferencia sustancial. Seguirá siendo un sueño.
Viajar a las Regiones donde tenía asiento los grupos guerrilleros de Farc, era un imposible. Hoy no existe dificultad alguna para transitar por esos parajes sin el temor de ser abordado ni mucho menos secuestrado, a no ser que otras guerrillas hayan ocupado esos sitios y secuestren a nombre de aquellos. Eso es posible, pero lo más importante es que hoy por hoy el índice de militares muertos y los mutilados por efecto de la guerra con ese grupo guerrillero, al igual que civiles desplazados, se ha disminuido de manera sustancial, hasta el extremo que al Hospital Militar donde llegaban millares de soldados de la Patria mutilados y las estadísticas de la Presidencia y vicepresidencia de la República señalan de manera contundente que se ha dejado de atender hasta en un 90%; así corre igual suerte el desplazamiento de miembros de la sociedad civil. No solo las estadísticas del Gobierno de Colombia lo dicen, sino que, los países que acompañan al país en este proyecto, así lo mencionan y colocan como ejemplar el proceso como prototipo para otras naciones.
Pero todo no ha sido ni va ser color de rosa ni todo el tiempo vamos a estar sonriendo por lo que ha acontecido hasta el momento. La oposición ataca sin piedad al Proceso de Paz, no ha bastado con generar zozobra con la postulación de mentiras, sino que ha indispuesto el proceso ante otras naciones como si lo hecho fuera la entrega del país a la guerrilla. Mejor hoy y superior que ayer.