Rememorando la novela de Mary Shelley "Frankenstein", escrita en 1818, es posible sacar muchas conclusiones y enseñanzas sobre los límites y consecuencias de las obras humanas. Tal vez, la más importante de todas ellas es la que se resume en esta frase terminante del monstruo, a su creador Víctor: "Tú eres mi creador, pero ahora yo soy tu amo". Excelente reflexión que nos permite analizar el estado actual de todos los engendros que ha creado y sigue creando EE.UU. y Occidente en Medio Oriente, África, Latinoamérica y el resto del mundo.
Los recientes hechos, por supuesto condenables, que se desataron en París, han volcado de nuevo la atención y la preocupación sobre lo que es capaz de hacer un ejército de mercenarios, fervientes creedores de la Yihad, y aborrecedores profundos de Occidente. Pero nuevamente, se ha errado en desatar todo el odio contra el monstruo y no contra sus creadores: así como la humanidad contra el monstruo de Frankenstein en la mencionada novela de ciencia ficción, así como el mundo contra Al-Qaeda en 2001, y así como nuevamente lo hace la comunidad internacional contra el mundo musulmán.
El historiador Robert Freeman, afirma que la verdad incontrovertible es que EE.UU. creó y financió al Estado Islámico, y lo hizo en tres pasos: la destrucción del régimen secular en Irak con la ejecución de Sadam Hussein, el apoyo a los insurgentes que hacían oposición a Bashar Al-Assad en Siria, y la organización en Arabia Saudita y Turquía de nuevos rebeldes, que ya se estaban convirtiendo en un proto-Estado Islámico, en contra del régimen sirio. El portal Actualidad RT, expone lo siguiente: "Arabia Saudita profesa principalmente el wahhabismo, una de la más 'virulentas y agresivamente antioccidentales' versiones del Islam. Lo que explica que 15 de los 19 terroristas que secuestraron los aviones del 11 de septiembre de 2001 fueran sauditas, así como el propio líder de Al-Qaeda OsamaBin Laden, recuerda." Partiendo de esta realidad, es evidente que el monstruo se vuelve nuevamente contra su creador. Y sobre todo, cuando la creación de tal engendro fue tan deliberada y abierta.
El otro escándalo suscitado por la aparición en videos de una caravana del EI en camionetas Toyota parece haber sido resuelto: el Departamento de Estado de EE.UU. y el Gobierno británico, proveyeron al Ejército Libre Sirio (insurgencia que luchaba contra Al Assad) de estos automotores, que posteriormente pasaron a manos del Estado Islámico. Las pruebas no pueden ser más contundentes.Estados Unidos y la Europa Occidental han creado un monstruo de terribles dimensiones, que ahora se vuelve contra ellos, como el de Frankenstein, reclamándoles el hecho de haberlo creado con tan horrible aspecto como para asustar y provocar tanta aversión en el mundo. Si quisiéramos aterrizar la reflexión a nuestro país, podríamos concluir que la dirigencia política habría podido ahorrarse la concepción de semejante monstruosidad de conflicto armado con rasgos de guerra civil, un verdadero engendro, si en vez de haber bombardeado Marquetalia en 1964, hubieran atendido las demandas políticas y económicas de los campesinos liderados por Pedro Antonio Marín, alias Manuel Marulanda.
Por: Sebastian Herrera
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