Las aguas han alcanzado la altura de la cintura, cubriendo campos y viviendas, afectando gravemente.
La comunidad wayuu de Cucurumana, en la zona rural de Riohacha, vive momentos de desesperación debido a las fuertes lluvias que provocaron el desbordamiento del río Ranchería y otros arroyos, como el Moreno, Quiebra Palo y La Quebrada.
En medio de esta tragedia, los wayuu intentan salvar a sus animales llevándolos a zonas más altas. Sin embargo, muchos chivos y ovejas están quedando atrapados en el agua y, para evitar que la carne se pierda, los habitantes han tenido que sacrificarlos. "Estamos buscando cualquier lomita donde el agua no llegue, para que no se ahoguen", expresó el palabrero Blas Quintero Epieyú.
El desbordamiento no solo afecta a Cucurumana, sino también a los corregimientos de Villa Martín, Monguí y Cerrillo, donde los habitantes reportan graves inundaciones. En esa zona rural de Monguí se encuentra la familia materna dela senadora guajira perteneciente a la etnia wayuu, Martha Peralta Epieyu y se cree que también está inundada.
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La carretera que conecta a Riohacha con la comunidad de Cucurumana también quedó bajo el agua, dificultando el paso de vehículos y el rescate de los animales. Sin opciones, muchos llevan el ganado a la arteria vial.
Las lluvias, que comenzaron el miércoles por la tarde y se extendieron hasta la mañana del jueves, han dejado una cifra de pérdidas devastadora: más de 2000 animales muertos en toda la zona. Los wayuu, preocupados y sin soluciones a la vista, claman por ayuda de los organismos de socorro, como la Defensa Civil y la Cruz Roja, además del respaldo del gobierno distrital y departamental.
La situación es crítica, y las aguas continúan acercándose a las viviendas, alcanzando ya las casas de algunas familias. "Todo está inundado, las personas están sufriendo", comentó un miembro de la comunidad, describiendo las difíciles condiciones que enfrentan, con el agua y ya están a punto de abandonar las viviendas para evitar terminar ahogados.
Con la esperanza de evitar más pérdidas, las familias siguen trasladando a sus animales a zonas altas. Sin embargo, la ayuda externa es urgente para mitigar los efectos de esta emergencia y garantizar la seguridad de los habitantes de Cucurumana y sus comunidades vecinas.