San José, (EFE).- La colombiana Liliana Jiménez Molina, productora de cacao y defensora de los derechos de las mujeres del campo, fue declarada este viernes por el Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA) como "Líder de la Ruralidad de las Américas".
Esta distinción, anunciada por el director general del IICA, Manuel Otero, en el marco del Día Internacional de las Mujeres rurales, reconoce a Jiménez su trabajo por los derechos de las mujeres en el campo, por la jerarquización de la actividad agropecuaria y la mejora de la calidad de vida en los territorios rurales.
El Instituto detalló que Liliana Jiménez y su familia decidieron que querían cambiar la vida urbana y radicarse en el campo, en una pequeña finca en Nilo, municipio del departamento de Cundinamarca, y desde entonces se dedicó al cultivo de cacao orgánico y preside la Junta Directiva de la asociación de pequeños productores PROSOAGRO.
"Mucha gente pensó que estábamos locos cuando tomamos la decisión de irnos al campo. Nosotros lo hicimos con plena conciencia de que queríamos cultivar cacao con enfoque orgánico, porque nuestra familia tiene mucha preocupación por el tema ambiental", dijo Jiménez.
Jiménez conoció de primera mano los problemas que enfrentan las mujeres rurales, por ejemplo, para acceder a la propiedad de la tierra y a créditos.
"La igualdad de oportunidades no existe. Las mujeres no están organizadas, no saben que tienen derechos y su rol en el hogar las absorbe tanto, a veces, que no están en condiciones de generar proyectos afuera. Se ha dicho mucho y existen muchas leyes, pero es hora de tomar decisiones para cerrar las brechas que existen en la ruralidad en perjuicio de las mujeres", dijo.
Jiménez relató que en los últimos años, a partir de los acuerdos de paz entre el Estado de Colombia y la guerrilla, muchos colombianos empezaron a ver a las zonas rurales como espacios de oportunidades.
La colombiana hizo referencia a un censo que indica que en 2016 unas 38.000 familias se dedicaban al cacao, y que para 2019 el número había crecido hasta 52.000 familias.
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"Tenemos cacao en 30 de los 32 departamentos de Colombia y necesitamos más oportunidades de abrir mercados para seguir creciendo. El cacao se estableció como uno de los cultivos del postconflicto y le ha transformado la vida a muchas familias, que antes se dedicaban al cultivo de la coca, porque no tenían más alternativa, y ahora pueden sentir que hacen una vida digna, decente y tranquila con un cultivo lícito", aseguró.
A través de la tarea agrícola, Jiménez busca que las mujeres sean protagonistas en los espacios rurales de Colombia y afirma que cada vez son más las que tienen claro que quieren desarrollarse de manera más autónoma.
"Las mujeres rurales tenemos que trabajar y perseverar por lo que deseamos, creyendo en nosotras y apoyándonos unas a otras", manifestó
Jiménez también ha sido nombrada como delegada de la Plataforma de Mujeres Rurales del IICA, que consiste en un espacio web para facilitar la generación de redes, acceso a oportunidades de capacitación y foros, y el intercambio de experiencias que contribuyan al empoderamiento de las mujeres rurales. EFE