La ganadería en Colombia ha sido estigmatizada desde animalistas hasta veganos señalándola injustamente y sin soportes suficientes de ser el gran generador de G.E.I. En este sentido se ha llegado al extremo de afirmar que los metanos que expulsan los bovinos son más contaminantes que los producidos por la combustión de fósiles.
Afirmación absolutamente inexacta, ya que mientras los gases de origen animal son metanos, los otros son: “CO2, CH4, N2O, óxidos de nitrógeno (NOx), monóxido de carbono (CO) y los compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVDM), así como las emisiones de dióxido de azufre (SO2)”. Que permanecen en el ambiente por más de cien años, los originados por los bovinos, se reciclan de manera natural cada diez años y con la intervención de arborización en silvopastoreo establecido llega a ser mayor la captura que la emisión y no necesariamente deben transcurrir diez años para que se recicle.
Pues bien, ahora en el constante ataque a la empresa pecuaria bovina, se pretende detener el negocio mediante la exigencia directa e indirecta de diferentes trabas para su desarrollo, más allá de las necesarias para el bienestar animal global. Pudiendo estar acordes con la normatividad nacional vigente, llegarían a encarecer el costo de manipuleo del producto potrero báscula y reducir los precios internos de exportación, trasladándole costos adicionales al pequeño empresario ganadero (hatos de no más de 25 reses). Esto desincentivaría el mercadeo interno, ya que es en últimas quien termina asumiendo los sobrecostos que se originan por el cumplimiento estricto de estos requisitos.
Hemos leído al Dr., Francisco Rossi Buenaventura (Director del Invima), afirmar para el caso de los beneficiaderos municipales, correr la cerca de los límites sanitarios impuestos por el decreto 1.500, para que sea posible abrir las operaciones de estos establecimientos, o como lo propuesto por el Presidente Petro, con la liberación de acusados formalmente de delitos cometidos por miembros de grupos autodenominados primera línea. Desde esa posición, ¿por qué no revisar las exigencias de la nueva resolución que se encuentra en consulta hasta el dos de enero del 2023? En aras de no impactar la empresa agropecuaria y lograr seguir siendo competitivos en la relación precio/calidad/sostenibilidad en el mercado global.
Mucho se ha escrito sobre exportar vivo o despostes porcionados en cortes especiales, discusión inocua en mi entender, lo mejor tanto para el productor como para los empresarios y la generación de empleos, es exportar con valores agregados, sea básico, en desposte, en productos transformados (hamburguesas, albóndigas, carne molida o en cortes especiales preparados para su consumo entre otros).
Para el caso colombiano, la exportación de carnes con valores agregados, no alcanza a ser demandada por los mercados externos por: a) No hay admisibilidad sanitaria en los países de alta demanda, aun cuando están en trámite a la espera de aprobación y, b) Los empresarios de la industria cárnica al no contar con el anterior requisito básico para exportar, han decidido enfocar todo su esfuerzo logístico/comercial, en colocación en pie cumpliendo requisitos básicos de OIE y OMS. Una vez obtenida la admisibilidad sanitaria, seguramente y mediante beneficios tributarios que debería conceder el Gobierno Nacional, mostrarán su interés para el montaje de la industria cárnica de transformación a los mercados de consumo globales. En el mientras tanto hay un mercado global ávido de nuestras reses levantadas a P.A.S, vivas que traen una mejora sustancial en el precio para el pequeño productor en particular, no hay razón alguna para desaprovechar esta demanda.
Hoy pretender cerrar o disminuir las exportaciones de bovinos vivos significaría una enorme pérdida para el sector. A corte de octubre se han facturado: 1. Us 163.757.000 en despostes y despojos equivalentes a 36.444 toneladas; 2. Vivos, 343.124 reses por un costo FOB de US 272.332.000.
De la meta propuesta por Fedegán para el 2022 de Us 500 M se han colocado en los diez primeros meses Us 436.089.000., es decir el 87.22%, lo que significa que se estaría cumpliendo de manera lineal con el 104.66%.
Propuestas: a) En las Embajadas y Consulados en las cuales hay expectativas de comercialización de carnes con valores o genética superior, sugerimos implementar un funcionario encargado de cristalizar los negocios ganaderos, en apoyo a los empresarios nacionales o extranjeros.
b) Los empresarios que exportan en pie, deberían facturar al exterior un porcentaje de sus ventas brutas en carnes con valores, en desposte o transformadas.