Mientras escribo, el Pacto Histórico revienta las redes con la proclama de ¡Fraude! lanzada por Petro, sosteniendo haber recuperado 500.000 votos que les iban a robar, mientras otros sectores también acusan desaparición de votos y se encienden alarmas, en medio de un juego peligroso para la democracia.
Tiembla la credibilidad del proceso, mientras el registrador insiste en que no hay riesgo de fraude. Para mí, estamos ante el plan de Petro para sembrar sospechas que le permitan volver a incendiar el país cuando sea derrotado en junio, porque sabe que… no será presidente.
Con las cifras actuales, el bloque de centro – derecha sigue siendo mayoría y la toma petrista del Congreso no se dio, a pesar de sus 16 senadores y 29 representantes, con personajes de mucho prontuario, como “Teodora” y Bolívar.
Como se esperaba, Petro ganó su “consulta baloto” con un premio de más de 27.500 millones de pesos en reposición de votos, pero si le sumamos lo que el Pacto Histórico recibirá por votos de Senado y Cámara, este país que, según él, está peor que Venezuela, le devolverá la bonita suma de más de ¡57.300 millones!
Petro no alcanzó en la consulta los 4,8 millones de la primera vuelta de 2018 y, frente a la de 2022, su techo son los 5,7 millones de votos del Pacto y dudo mucho que en la segunda supere los 8 millones de 2018, cuando nos unimos los demócratas de este país, como nos uniremos para superar en junio los 10 millones de Duque, aún a pesar de la posición calculadora de Gaviria, pues ya instalada su maquinaria parlamentaria, los votos liberales no tienen dueño para elegir presidente.
Lo haremos por patriotismo y supervivencia, pues las propuestas de Petro sobrepasaron todos los límites. A la expropiación disfrazada de la tierra, se suma el robo del ahorro pensional, la no exploración petrolera, la persecución a la minería y el revolcón al Banrepública para imprimir billetes que paguen sus promesas. En fin, la amenaza del colapso económico y social como antesala de la dictadura, es un sentir muy fuerte en los sectores no hipnotizados con su verborrea comunista.
No bajemos la guardia, pero tampoco vale la pena ocuparnos de algo que no sucederá. Lo que hoy corresponde es aportar propuestas a los candidatos de centro-derecha, como la recuperación del campo, comenzando por su red vial, para aprovechar el potencial de nuestra producción agropecuaria y de la agroindustria frente a la demanda creciente de alimentos. En cuanto a la ganadería, les mostraré a los candidatos nuestros avances en producción sostenible y la necesidad de una política que fomente los sistemas silvopastoriles amigables con la naturaleza.
El candidato que entienda la importancia para el país de la Colombia rural, donde viven 14 millones de colombianos, tendrá los votos del campo y, en sus manos, el futuro de Colombia.