En la jornada de elecciones legislativas, y consultas interpartidistas y de coaliciones políticas que se avecina, la pregunta que debemos formularnos es: ¿Por quién votar? No es asunto de poca monta, con nuestra decisión depositamos confianza en quienes nos representaran en el Congreso de la República durante los próximos cuatro años, y participamos escogiendo candidato para que continúe con su aspiración en la carrera hacia la Casa de Nariño.
Elegir responsablemente implica estudiar la hoja de vida de los candidatos; conocer, identificar y evaluar si sus propuestas y contenidos programáticos son coherentes y realizables. Los requerimientos de los electores deben convertirse en verdaderos compromisos a cumplir por parte de los aspirantes a los diferentes cargos. No podemos hacerle el juego a los mismos de siempre; quienes, en muchos casos con todo tipo de artimañas, falta de reglas claras, galimatías terminan siendo elegidos.
La Corte Constitucional realiza el trámite de control, discusión y debate que definirá la exequibilidad de la reforma aprobada en 2020 para la automatización, eficiencia y modernización del proceso electoral. ¿Se podrán implementar los cambios propuestos por el nuevo Código Electoral en estas elecciones? El calendario electoral que inicia el trece de marzo de este año 2022 no permitirá se puedan aplicar las modificaciones, con lo cual continúan vigentes las reglas electorales de años atrás.
Preocupa la credibilidad con que cuentan actualmente senadores y representantes a la cámara que aspiran a ser reelegidos; de igual forma los partidos políticos tradicionales que han perdido sus ideales convirtiéndose en organizaciones con fines de lucro que giran en torno a intereses personales, no actúan como colectividades que propenden por el bienestar común. Lo anterior fruto de la cultura política reinante, y del centralismo incrustado en las más altas esferas del poder.
Los jóvenes son determinantes para forjar un electorado desapegado de las viejas costumbres políticas. Dejar atrás la compra y venta de votos que ha favorecido el cáncer de la corrupción en todas las instituciones estatales, el apoyo en las urnas tiene que ser para candidatos que se muestren sin filtros, estén conectados con la gente, tengan capacidad de gestión para darle respuesta al grueso número de necesidades básicas insatisfechas, y a flagelos como la pobreza y el hambre existentes en municipios, ciudades y departamentos.
Sentemos un buen precedente y consolidemos una sociedad con madurez en lo político. Seamos parte de la solución y no del problema, tenemos el deber de votar a conciencia, pensar el voto para elegir bien. Son determinantes en el actual contexto donde la salud, lo económico y lo social han sido impactados por la pandemia los criterios y la independencia ideológica para ejercer nuestro derecho al voto con el estamos marcando el destino del país.