A pesar de haber perdido con Ecuador 6 a1 y con Uruguay 3 a cero, aún no nos identificábamos, como pésimos participantes en las eliminatorias del mundial de Qatar 2022, pues habíamos derrotado a Venezuela por tres a cero y como visitante empatamos con Chile 2 a 2, luego en Barranquilla el onceno brasilero no pudo vencernos, como visitante empatamos con Paraguay 1 a 1, en Lima le ganados a Perú 3 a 0, nuevamente en Barranquilla nos medimos con Argentina.
Al inicio de este encuentro pensábamos que recibiríamos una goleada, pues a los doce primeros minutos perdíamos 2 a cero, al final el partido se igualó a dos tantos, así terminamos la primera mitad de las eliminatorias.
Cuando iniciamos la segundad mitad, vencimos a Chile por 3 a 1 y al partir de esta fecha nos hemos divorciado del Gol. Con Uruguay cero a cero, con ecuador cero a cero, con Brasil perdimos 1 a cero, con Paraguay cero a cero, con Perú perdimos 1 a cero y con Argentina también en cero, sólo con Bolivia logramos empatar a un gol.
Llevamos seis partidos sin conocer el gol, con toda esa cadena de ceros, no queda duda que nuestra selección se compone con hombre de ‘acero’.
No quiero con esto decir que he entrado a una práctica de lucha y rencores o que me he manifestado de manera irónica a nuestra selección, por lo contrario, anhelo para ella todos los elementos necesarios para su evolución y desarrollo, como lo es el deseo de todo el país.
Este reparo no es hijo de la hipocresía, ni significa la reacción de un pueblo, es simplemente el anhelo herido de un hincha el que se querella de tantos infortunios que expresa eufóricamente su inconformismo por ver que su equipo del alma se encuentra en casi en el sepulcro.
Contablemente en cuanto a la tabla de la clasificación, nos encontramos en rojo, pero, no un rojo con resplandor a fuego, sino un rojo de sangre fecunda e insaciable que nos pueda llevar al mundial.
Saliendo airoso de las últimas dos fechas, esta desangrada selección, manifestando lucha homérica, se ganen los aplausos de todos.
No presumo de taumaturgo ni de hechicero porque no recibí el don de hacer milagros, pero, sí conservo un extremo optimismo, porque estoy supremamente convencido que las grandes tempestades tienen patas de palomas y nuestras ganas de triunfar poseen garras rapantes que son capaces de sacar a los tigres de la jaula.
El optimismo no sólo radica en los hinchas, los hombres de ‘a cero’ han manifestado que mientras exista la posibilidad de clasificar, no se rendirán ni siquiera en el último segundo de la eliminatoria. Esperan ganar de local con Bolivia y de visitante con Venezuela, que hoy tiene como técnico a Pekerman, que conoce profundamente las estrategias del fútbol colombiano.
Las posibilidades de Colombia de ir al mundial, se encuentra en estado comatoso, nos encontramos en el puesto séptimo con 17 puntos, después de haber jugado 16 encuentros, resultado que nos deja un promedio de i.06 puntos por partido y que hasta ahora guardamos pésimos resultados. Ojalá pudiéramos, alcanzar la honrilla del repechaje.