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Anuncios, retos y realidades en el sector eléctrico

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Javier Lastra Fuscaldo

Javier Lastra Fuscaldo

Columna: Opinión

e-mail: agenteespecial@electricaribe.com

A juzgar por el comportamiento de la reacción positiva que han tenido las tasas de empleo en las diferentes regiones del país, así como el descenso de las cifras de contagios y muertes de Covid 19, se espera que la reactivación económica no tenga marcha atrás, por el contrario, se respira un alivio en muchos sectores de la economía.

Ese panorama alentador es propicio para las grandes inversiones, y despierta optimismo el hecho de escuchar tantos anuncios de los gobiernos nacionales y territoriales en diferentes frentes como en infraestructura, transporte, vivienda y en el sector eléctrico, entre otros.

Dentro de las estrategias de reactivación económica se encuentran los megaproyectos de energía eólica en La Guajira para promover el uso de energías limpias por casi 12 billones de pesos y que apuntan a desarrollar acciones con miras a alcanzar el compromiso de reducir 51% las emisiones de CO2 a 2030.

Lograr una capacidad de generación con energías renovables superior a 2.200 megavatios en agosto de 2022 es una apuesta razonable y la adjudicación de 4.800 adicionales irían en la dirección correcta, sin embargo, el retraso en cronogramas y contratiempos en la ejecución de los proyectos dejan el sin sabor de que es probable que estas iniciativas se queden en solo anuncios.

El gobierno nacional fijó la ambiciosa meta en el acuerdo de París sobre cambio climático, pero no será el encargado de ejecutar las acciones para lograrlo porque dependerá del compromiso de los próximos gobiernos y para ello es importante dejar trazada claras estrategias para realizar la transición energética que por un lado tendría impactos importantes para la economía colombiana y por su parte, así como existen iniciativas de renovables también hay convocatorias para ampliar el parque de energía térmica.   

Muchos puntos hay sobre la mesa para evaluar. Por ejemplo, mientras Colombia asume compromisos para el 2030 iniciando desde ya acciones concretas para contribuir al cambio climático siendo un país en el que su economía depende de economías del petróleo y el carbón, China por su parte ha anunciado que su pico más alto de emisión de carbono será en el 2030 y a partir de ese año es cuando comenzaría a hacer esfuerzos para disminuirlos.

Visiones contrapuestas entre países dan lugar a abrir un debate ético en la definición de políticas públicas y sobre buenas prácticas empresariales como quiera que no a todos se les está midiendo con el mismo racero, pero sí es claro determinar las bases sobre las cuales un gobierno deja planteados compromisos con la comunidad internacional con responsabilidades de alta complejidad para los gobiernos siguientes.

Por su parte la Costa Atlántica en materia energética tiene un inmenso reto por delante confiado en dos operadores en los siete departamentos quienes tendrán que ejecutar billonarias inversiones para mejorar la confiabilidad y calidad de la distribución de energía deteriorada durante el paso de Electricaribe, y que en materia de energías limpias será muchísimo lo que podrían aportar brindando soluciones a sus usuarios con energía solar y eficiencia energética. Por ahora todo está por realizar y si bien hay anuncios optimistas la realidad es otra en términos de tiempo y dinero.

Lo importante es que hay voluntad y buenas intenciones, sin embargo, falta el debate que aclare la estrategia y las acciones para que los anuncios y los retos se conviertan en realidad.