Alguna vez dudé del poder de algunas hierbas, condimentos y comidas de las que cultivamos, cosechamos y disfrutamos los seres humanos. Considero que una de las más poderosas y que dan fe de su poder es la marihuana que hoy toma vuelo como medicina para dolores crónicos en personas muy enfermas y que también la vemos en ungüentos para el dolor en las articulaciones. Su poder aflora cuando vemos a los jóvenes divagando en los parques y callejones adictos, víctimas y enfermos por su adicción.
En cierta ocasión mi médico de cabecera me dijo que para bajar mi presión arterial debía dejar de consumir tanto tinto. Ese café en la mañana, medio día y tarde que me tomaba diariamente para recargar energía me estaba haciendo daño. Así las cosas, cambié el café por el té. Pero, de un momento a otro me entraron fuertes dolores de cabeza que me hicieron ir a la clínica: el té verde es un fuerte estimulante y su alto consumo produce fuertes dolores de cabeza.
Por otra parte, hay países que siempre lideran el escalafón de ser los que más personas longevas tienen. Japón siempre ocupa el primer lugar seguido por Suiza, España. Alemania y Singapur. Por lo anterior me llama la atención que la escritora Junko Takahashi, afirma en su libro El método japonés para vivir 100 años, que se puede aprender a vivir más conservando la salud física y mental. Y que en el Japón la mayoría de las personas que supera los 100 años practica algún deporte o hace ejercicio diariamente como nadar o caminar.
Otra de las cosas que no puede pasar desapercibida es lo que ocurre en un pueblo campesino que se conoce con el nombre de Igbo Ora, ubicado en el continente africano en el país de Nigeria. Afirma la revista La Verdad de España, que este poblado tiene el índice de gemelos más alto del mundo y entre todos sus moradores se lo achacan a la dieta pues cultivan, cosechan y tienen como base de su alimentación el Ñame.
No podemos olvidar que los colombianos somos uno de los pueblos más diversos en lo que hace relación a los cultivos de tubérculos (ñame, yuca, papa) y por regiones los sabaneros de Cordoba y Sucre se caracterizan por su excelente comida a base de ñame y yuca.
Mientras tanto, desde hace varios años me vengo alimentando en forma muy saludable. Un amigo que reside en los sabanales del rio Sinú en el departamento de Córdoba muy amablemente me envía pescado (bocachico), queso y ñame desde su finca a la que he visitado siempre en mis vacaciones.
Mi mujer, aunque antioqueña aprendió a hacer deliciosas comidas a base de ñame y el mote de queso le queda tan espectacular que ni que envidiar a las excelentes cocineras cordobesas o sucreñas. De hecho, cuando mi amigo tarda en enviar el saco con los ñames, queso y pescado, voy a la plaza de mercado y lo compro. Por lo anterior, desde que empezamos a comer ñame constantemente siento que nos ha subido la potencia, la siento muy atenta cuando llego de trabajar pues manifiesta siempre: “como le fue a mi gran hombre” y la oigo muy feliz cantando mientras hace los quehaceres de la casa.
Un domingo mientras estaba ella preparando el desayuno le dije a oído que iba para la plaza de mercado a comprar las verduras, estaba como concentrada escuchando un vallenato de Diomedes que sonaba en el radio que prendí el carro, salí, y cuando iba como a cien metros de la casa sentí unos gritos, era ella en la mitad de la calle que gritó a los cuatro vientos: ¡¡No vayas a olvidar el ñame!!