Lo ideal sería que este país no dependiera de lo que sucede en un solo partido, el de gobierno, es decir el uribismo para ser precisos. Pero desafortunadamente los otros desaparecieron del escenario nacional porque su clientelismo, su corrupción, su falta de verdaderos ideales y la mediocridad de su liderazgo los borró definitivamente del debate nacional.
Dada esta difícil realidad de no contar con elementos fundamentales como son los partidos políticos, la democracia ha quedado en manos de un gobierno que ni siquiera gobierna en primera persona, el Presidente Duque, sino que es la cabeza de uribismo, sin responsabilidad pública, la que da las órdenes. Pero la situación es aún mucho más compleja en estos momentos cuando es evidente la contradicción entre el gobierno que es de esta agrupación política y el partido mismo el Centro Democrático. Esto lo confirman sus acciones nada menos que en el Congreso de la República para no mencionar esta misma situación en las declaraciones públicas de sus miembros.
Cómo es posible que mientras el Ministro de Hacienda está concertando la reforma tributaria que presentará al Congreso probablemente tomando demasiado tiempo, los miembros de su partido presentan otra. Esto llevó a Minhacienda a dejar de consultar dicho proyecto de Ley y acelerar su presentación al Legislativo. Se rompió definitivamente el más elemental de todos los diálogos entre el partido y el gobierno que lo representa, es la conclusión obvia para no mencionar si una reforma de esta naturaleza puede llevarse al Congreso por parte de los congresistas. La iniciativa del gasto es del Ejecutivo, a menos que en este gobierno insólito eso también haya cambiado. Nadie ha dado una explicación sobre este evidente choque de trenes que muestra a unos miembros del partido haciéndole conejo al gobierno. Perdieron el sentido o simplemente ese partido uribista está vuelto trizas.
Pero hay otro hecho aun más diciente porque no es una posibilidad sino una realidad. Mientras el presidente Duque saca de la negociación con el Comité del Paro el anuncio como iniciativa propia de la matrícula gratuita para el semestre universitario próximo para estratos 1,2 y 3, el Congreso impulsado por los uribistas, hunde esta propuesta. No hay ninguna explicación que valga y la conclusión obvia es que hay implosión dentro del Uribismo, impulsado por su gran jefe el expresidente Uribe. Esto si es increíble: por un lado Uribe manda al presidente Duque, pero al mismo tiempo su bancada que también está bajo su claro mando destruye o por lo menos obstaculiza decisiones del gobierno. Se debe agregar, además, la descalificación que Uribe hace de la forma como ha actuado el presidente Duque y además lo hace en medios internacionales donde la imagen de su gobierno está por el piso.
Se desbarató la orquesta que tanto daño le hace al país y lo grave es que nadie asume la batuta. Ni siquiera se está especulando sobre semejante situación que abre una oportunidad única como es la división del todo poderoso Centro Democrático. Pero como será la situación del país, lleno de muertos por el Covid, con atentados que parecen obedecer a crear hechos que llamen al autoritarismo, masacres y muertes de líderes como Junior Jein, inseguridad ciudadana al límite, que esta realidad que podría ser un gran momento para darle una oportunidad a la democracia está pasando desapercibida.