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Mercado laboral  

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Germán Vives Franco

Germán Vives Franco

Columna: Opinión

e-mail: vivesg@yahoo.com

Quienes me leen con regularidad habrán notado que el corte de las dos columnas anteriores fue pedagógico.  Es intencional, ya que para mí es desconcertante observar que el conflicto que se vive en las calles y en las redes sociales es producto de falencias en la formación básica sobre temas importantes.  La gente desinformada y malformada es la que quiere destruir el país.  Sigamos con el enfoque pedagógico y hablemos hoy del mercado laboral y la educación, temas centrales de las protestas.  Por mercado se entiende el lugar donde se transan bienes y servicios.  En el mercado laboral se ofrece y se contrata mano de obra.

En su columna del 29 de mayo titulada Pésimo Arranque, Germán Vargas Lleras escribió: “Y en el punto 4 se pide la matrícula 0 en universidades públicas y subsidio en las privadas, pero a renglón seguido, el no retorno a clases. En lo que tenemos que pensar más es en la calidad y pertinencia de la educación y en una reforma total del sistema, que fue privatizado y capturado desde hace años por Fecode”.

Rescato los puntos de calidad y pertinencia de la educación y la reforma total del sistema.  Paréntesis para decir que considero que en las circunstancias actuales del país y tomando en cuenta virtudes y defectos, la persona más completa y preparada para ser el próximo presidente es Vargas Lleras.  Esto sin demeritar las estrellas ascendentes. Cierro paréntesis. 

Las exigencias de calidad y pertinencia de la educación no son caprichosas.  En otras palabras, lo que dijo Vargas Lleras es que el mercado laboral está ofertando o bien talento humano de baja calidad y poca productividad o talento humano que no se necesita y que está condenado al desempleo, al subempleo o la informalidad.  Yendo un poco más lejos, el capital humano de alta calidad, generalmente no puede ser retenido en el país o bien porque no hay empresas que puedan absorberlos o porque no se les puede ofrecer lo que les ofrecen otros países.  Estamos atrapados en un círculo vicioso de baja productividad, bajos salarios y alto desempleo.

La calidad y pertinencia que exige nuestra economía no es posible con los educadores que tenemos porque ellos mismos son de mala calidad e irrelevantes.  Los jóvenes marchando en las calles son producto del fracaso de Fecode que ha sido incapaz de formar el talento humano que necesita el país.  Y aquí es pertinente la anotación de Vargas Lleras al señalar la necesidad de una reforma total del sistema educativo, una revolución, y además quitarle el monopolio a Fecode.  No hay fórmulas mágicas, ya que transformar el sistema educativo es un esfuerzo de largo plazo.  Que los estudiantes vuelvan o no a clase es irónicamente irrelevante porque van a estudiar algo que no se necesita y a ser malformados por educadores incompetentes. 

Siendo coherentes con lo expresado, cabe preguntarse ¿para qué sirve la gratuidad de la educación que los estudiantes exigieron y que el gobierno tan amablemente les concedió?  De poco o nada.  La gratuidad solo debería ser en aquellos campos que realmente necesita la economía.  Así lograremos compensar por la fuga de talentos, y atraer empresas que estimen que operar en Colombia les daría una ventaja competitiva.  Debemos re balancear el mercado laboral y asegurarnos de que haya equilibrio entre la oferta y la demanda de capital humano.

Los jóvenes hoy salen con expectativas laborales que solo son alcanzables para un pequeño porcentaje de ellos.  Además, fueron formados para ser empleados y no emprendedores.  Incapaces de generar sus propias oportunidades, quedan a merced de un mercado laboral donde hay exceso de oferta. 

La revolución educativa necesaria para romper el círculo vicioso requiere Innovación, creatividad y sostenibilidad en el tiempo.  Aquí no se trata de mea culpas ni de oídos sordos ni de pactos con los jóvenes.  El asunto es de políticas públicas serias e inversiones inteligentes y pensadas para transformar productivamente al país.