Los científicos nos han estado diciendo desde que empezó la pandemia que saldremos de ésta solamente cuando se encuentre la vacuna. De cuidarnos y tratar de no contagiarnos viene del gobierno para que no colapse el sistema de salud.
Para ser honesto, entre decreto y encierro seguimos esperando tan anhelado momento para tratar de volver a nuestra normalidad y que se salven de morir miles de colombianos por el precario sistema de salud.
Pero el momento llegó. Hoy desde Rusia nos manifiestan que sus científicos han logrado la Sputnik V, la primera vacuna contra la Covid-19.
De hecho, por medio del embajador del gobierno ruso en Colombia nos ofrecen en forma prioritaria la Sputnik V. Pero pareciera que a nuestro gobierno no le interesa ni le sirve la vacuna patentada por los científicos rusos, pues sin el más preámbulo prefiere esperar que aparezca otra dando alargue a la mortandad diaria de colombianos.
Es fundamental entender que de la relación entre Rusia y Colombia se tienen excelentes vínculos desde hace muchos años. Las relaciones diplomáticas se establecen cuando el presidente era Alfonso López Pumarejo en 1935. Aunque muchos años antes ya venían ocurriendo contactos oficiales.
Además, las relaciones comerciales están marcadas por el petróleo, máquinas, vehículos, helicópteros, tecnología, informática, láminas de hierro y acero que Rusia exporta a Colombia. Asimismo, por café, bananos, azúcar, flores, carne de res que Colombia exporta a Rusia.
Indudablemente, por los asuntos diplomáticos y políticos entre Colombia y Venezuela que se mantienen en un vaivén de circunstancias marcadas por las ganas de que se termine ese gobierno nefasto y el éxodo de venezolanos hacia Colombia, han llevado al gobierno colombiano a apoyar y a solicitar intervención militar.
Por lo anterior, en carta publicada en el periódico el Tiempo, el embajador ruso en Bogotá Sergei Koshkin hace una muy seria advertencia al gobierno del presidente Duque: “el uso ilegítimo de la fuerza militar contra Venezuela será interpretado como un acto de agresión contra un Estado soberano y una amenaza contra la paz y la seguridad internacional”.
Ahora bien, esta advertencia pudo haber causado molestias en el gobierno colombiano. Es normal que esto ocurra, pero una cosa son los asuntos diplomáticos y otra muy distinta la vida de millones de colombianos que se podrá salvar con la vacuna.
Nuestra Constitución reza en su Artículo 192. “El Presidente de la República tomará posesión de su destino ante el Congreso, y prestará juramento en estos términos: Juro a Dios y prometo al pueblo cumplir fielmente la Constitución y las leyes de Colombia.
Esta vez, está en manos del presidente el destino de miles de familias colombianas que esperan un milagro para salvar sus vidas. El milagro llegó: debería aceptar que todos colombianos se pongan la Sputnik V.
En materia de avances, los científicos rusos se adelantaron a todos los del mundo y esta noticia nos debe alegrar tanto cómo cuando el hombre puso el pie sobre la luna. No importa quien lo hizo o de donde venga, lo importante en que por fin todo podrá volver a la normalidad.
¿Será que la vacuna que va a salvar millones de vidas de colombianos tendrá que venir de un país diferente a Rusia?