La virtualidad vino para quedarse en la rama judicial, para imponer grandes retos en la que los funcionarios, los abogados litigantes y el ciudadano tienen que adaptarse en la nueva manera de administrar justicia, es cierto y no hay que ocultar esta problemática la falta de personal en los juzgados y tribunales, y también la falta de infraestructura física y digital ha permitido el represamiento de procesos que no se resuelven en el tiempo que exige la ley.
Nosotros los abogados litigantes estábamos acostumbrados de ir a los despachos judiciales a revisar nuestros procesos, si era el momento oportuno presentar documentos para ejercer una buena defensa, esto es una actividad desgastante que al final puede ser recompensada cuando el operario judicial falle en derecho y a tu favor.
Los avances en internet y redes sociales han ayudado a desarrollar trabajos tanto en el sector público como en el privado que anteriormente era imposible, pero para que se de estos importantes avances el Estado tiene que invertir en mejorar las condiciones de trabajo del funcionario judicial, es precario que hay expedientes en archivadores improvisados en baños de los despachos y juzgados que se encuentran ubicadas en poblaciones muy lejanas de la urbe donde es mala la señal de internet, es complicado el panorama que se presenta en la rama.
El descontento en la que se encuentran los actores del sistema, de que la virtualidad en vez de facilitar ahonda la crisis los procesos no avanzan, la respuesta de esto es que no hay inversión suficiente de dinero para mejorar las condiciones digitales de las sedes judiciales. Abogados y sindicatos del poder judicial han manifestado en reiteradas oportunidades que los procesos tecnológicos adoptados dejan ver la “improvisación “y las carencias de la rama en lo digital. Los ciudadanos también se vienen viendo gravemente afectados por el lento avance de los procesos jurídicos bajo la virtualidad.
El Anhelado litigio en línea es un proceso que no sólo deben contar con amplia conectividad y sistemas informáticos de gran cobertura, para responder a las exigencias del proceso oral y digital, sino en la implementación de otros elementos como un Sistema Integrado de Gestión que involucre: integración de sistemas, interoperabilidad, infraestructura adecuada, comunicaciones y un sistema de gestión documental entre otros, y reitero lo más importante el compromiso del propio Estado que debe entender que la aplicación del litigio en línea es una tarea a largo plazo, gradual y altamente costosa.
Frente a la situación de reapertura judicial, los abogados litigantes están solicitando que la reactivación sea semi – presencial, con el fin de acudir a los juzgados y resolver los inconvenientes que desde la virtualidad no se están solucionado. No obstante la situación se complica por la emergencia sanitaria que estamos viviendo en el mundo, han reportado casos positivos de Covid- 19 en funcionarios judiciales y algunos lamentablemente han perdido la batalla contra este virus.
Es triste la situación precaria en la que se encuentra la justicia y el Estado no puede dar la espalda y ser indiferente a los que está pasando, la reflexión que quiero dejar en esta nota de opinión es que si no hay verdadera voluntad política de sus agentes para mejorar las condiciones del poder judicial es difícil que se dé una adecuada y correcta administración de justicia y a mis colegas quiero decirles que la era de la virtualidad en la justicia vino para realizar profundos cambios en la que tenemos que adaptarnos.