Definitivamente la relación con Venezuela es un circo diplomático. Todo comenzó cuando Duque, en sus primeros días de mandato, dijo que una de sus prioridades era desmotar la dictadura de Maduro, como si no tuviera suficientes problemas internos para asumir un desgaste que no le corresponde y que además, por odios ideológicos y personales, le ha causado muchos problemas; desde entonces, todo ha sido una función barata de principiantes, con actos como el de la ayuda humanitaria que iban a meter a la fuerza a Venezuela, pero terminó quemada y sin saber por quién, con puentes bloqueados por contenedores y luego, un concierto en el que los artistas, reunidos por un multimillonario, estaban a gran distancia, muy alejados de los asistentes, tampoco termino en nada, solo sirvió para montar un show con la tragedia de otros; además del excesivo respaldo a Juan Guaidó, quien se valió de los paracos para ingresar a Colombia por la trocha, contradiciendo todos los protocolos consulares.
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