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Vuelven las chuzadas

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jacobo Solano Cerchiaro

Jacobo Solano Cerchiaro

Columna: Opinión

e-mail: jacobosolanoc@hotmail.com

Un nuevo escándalo de chuzadas destapó la Revista Semana, ahora los implicados son oficiales del más alto mando del ejército, encabezados por el polémico general Nicacio Martínez, sobre quien pesan delicadas acusaciones de falsos positivos, bombardeo a niños y malos manejos en el pasado; él y el exministro de Defensa, Guillermo Botero, han sido la mayor fuente de preocupación para el presidente Duque y, por fin, a finales del 2019, lo retiró de la fuerza de forma intempestiva, con la excusa de siempre, problemas personales, después de mantenerlo en las peores épocas, hasta logró que el Congreso lo ascendiera. Pero veamos que estaba haciendo el buen Nicacio, nada menos que una versión mejorada y más sofisticada de lo que hacía en el DAS del gobierno Uribe, María del Pilar Hurtado, seguimientos, amenazas y escuchas ilegales a políticos, magistrados y periodistas, con una estrategia oculta para quienes, según ellos y su mente maquiavélica y esquizofrénica, represente una amenaza para el Estado, lo que deja muy mal parado al ejercito como institución, una camioneta interceptado comunicaciones al frente de las instalaciones de Revista Semana, sufragios y lapidas para periodistas, con el objetivo de frenar investigaciones periodísticas.
Las revelaciones son contundentes y van más allá; noticias UNO mostró imágenes de un pequeño micrófono encontrado en el techo de la oficina del magistrado Cesar Reyes, quien es precisamente el encargado de investigar al presidente Uribe, una situación que revive aquel viejo enfrentamiento Uribe-Corte, cuando chuzaron al alto tribunal con la señora de los tintos y terminó en la peor relación que se haya visto entre  el poder ejecutivo y las Altas Cortes colombianas; justo cuando están a punto de elegir Fiscal, elección que seguro se entorpecerá para seguir con una Fiscalía en interinidad que no le conviene  al país. Además, se dice que toda la información la está recibiendo un político del Centro Democrático ¿Quién es ese político? ¿Con que objeto está recibiendo esta información? ¿Qué tiene que ver el expresidente Álvaro Uribe en todo esto? Un nuevo escándalo de chuzadas destapó la Revista Semana, ahora los implicados son oficiales del más alto mando del ejército, encabezados por el polémico general Nicacio Martínez, sobre quien pesan delicadas acusaciones de falsos positivos, bombardeo a niños y malos manejos en el pasado; él y el exministro de Defensa, Guillermo Botero, han sido la mayor fuente de preocupación para el presidente Duque y, por fin, a finales del 2019, lo retiró de la fuerza de forma intempestiva, con la excusa de siempre, problemas personales, después de mantenerlo en las peores épocas, hasta logró que el Congreso lo ascendiera. Pero veamos que estaba haciendo el buen Nicacio, nada menos que una versión mejorada y más sofisticada de lo que hacía en el DAS del gobierno Uribe, María del Pilar Hurtado, seguimientos, amenazas y escuchas ilegales a políticos, magistrados y periodistas, con una estrategia oculta para quienes, según ellos y su mente maquiavélica y esquizofrénica, represente una amenaza para el Estado, lo que deja muy mal parado al ejercito como institución, una camioneta interceptado comunicaciones al frente de las instalaciones de Revista Semana, sufragios y lapidas para periodistas, con el objetivo de frenar investigaciones periodísticas. Las revelaciones son contundentes y van más allá; noticias UNO mostró imágenes de un pequeño micrófono encontrado en el techo de la oficina del magistrado Cesar Reyes, quien es precisamente el encargado de investigar al presidente Uribe, una situación que revive aquel viejo enfrentamiento Uribe-Corte, cuando chuzaron al alto tribunal con la señora de los tintos y terminó en la peor relación que se haya visto entre  el poder ejecutivo y las Altas Cortes colombianas; justo cuando están a punto de elegir Fiscal, elección que seguro se entorpecerá para seguir con una Fiscalía en interinidad que no le conviene  al país. Además, se dice que toda la información la está recibiendo un político del Centro Democrático ¿Quién es ese político? ¿Con que objeto está recibiendo esta información? ¿Qué tiene que ver el expresidente Álvaro Uribe en todo esto? Lo más grave de todo este episodio es que evidencia la falta de gobernabilidad del presidente Duque y que los militares, al parecer, tiene otro jefe a quien le rinden cuenta y lealtad, caldo de cultivo para un final de mandato desastroso en un momento de protesta social caliente, que permite incluso que se ponga en entre dicho su continuidad. El presidente habló de manzanas podridas en el ejército, tratando de minimizar un asunto, pero lo cierto es que a esta situación hay que darle frente y tienen que salir responsables, es increíble que en una guarnición militar se organice una sala de escuchas ilegales y nadie vea, ni conozca nada. A Duque le llegó la hora de mostrarle al país si es cierto que tiene intenciones de dar conocer lo que pasó o seguirá agachado ante su partido, en temas tan preocupantes como este que puede afectar el desarrollo de muchos asuntos como la paz y la estabilidad política del país. @JACOBOSOLANOC