Entre los personajes nacidos en la Costa Atlántica que han alcanzado relevancia nacional se cuentan algunos cuyas ejecutorias deberían ser destacadas con verdadero orgullo patrio.
De una u otra manera ha caído sobre ellos el manto de olvido que la sociedad les tiende, sea por discriminación o simplemente porque nunca pertenecieron a los círculos sociales en los cuales se utiliza el “tú me elogias, yo te elogio”. De esta forma, inmerecidamente, permanecen apenas a flote personajes que en otras latitudes serían mejor valorados.
¿Quién se siente orgulloso de Manuel Ezequiel Brusual, presidente interino de Venezuela en 1868, llamado “El soldado sin miedo” por su valentía en el campo de batalla? Pues bien: Brusual nació en Santa Marta en 1830. Ya antes, en 1823, el almirante José Prudencio Padilla había vencido a los españoles en la Batalla del Lago de Maracaibo. Nació en Camarones, Guajira, en 1784. De esa misma población era oriundo Luis A. Robles, quien nació el 24 de octubre de 1849. Lo llamaron “El negro Robles”; fue abogado y político; primer afrocolombiano en llegar al Congreso de Colombia y al gabinete presidencial como Secretario del Tesoro, Ministro de Hacienda en esta época. Antes de cerrar esta reseña, citemos a Juan José Nieto, nacido en Baranoa, Atlántico, en 1805; primer presidente negro en la historia de Colombia, en 1861. Político, militar y escritor; autor de “Ingermina o la hija de Calamar”, considerada como la primera novela colombiana, escrita en 1844. Su retrato fue encontrado entre la basura en el Palacio de la Inquisición en Cartagena. Habían tratado de ‘blanquearlo’ en París. A la lista anterior agregamos los nombres de dos poetas costeños que dejaron sus huellas en el Parnaso colombiano: Jorge Artel y Candelario Obeso.
Jorge Artel, cuyo nombre verdadero era Agapito de Arcos, nació en Cartagena en 1909 y murió en Malambo, Atlántico, en 1994. Estudió Filosofía y Letras y luego se hizo abogado. Fue perseguido políticamente, por lo cual vivió en Panamá, Puerto Rico, El Salvador, Guatemala, Honduras, México y Estados Unidos. Fue redactor en Selecciones del Reader’s Digest y consultor de las Naciones Unidas. Entre sus poemas están “Velorio del boga adolescente”, “Bullerengue” y “El líder negro”.
Candelario Obeso nació el 12 de enero de 1849 en Santa Cruz de Mompox. En 1886 obtuvo una beca en el Colegio Militar de Bogotá y en 1867 ingresó a la Universidad Nacional de Colombia a estudiar ingeniería, Derecho y Ciencias Políticas. Por su cercana amistad con Tomás Cipriano de Mosquera fue nombrado cónsul en Tours, Francia, e intérprete nacional en Panamá de 1872 a 1874. Actividad literaria: Tradujo “Otelo”, de Shakespeare y numerosas obras, entre ellas varias de Goethe, de Jonathan Lawrence, del poeta francés Alfred de Musset y de Longfellow y Tennyson. Escribió dramas, comedias, textos pedagógicos y dos novelas: “La familia Pigmalión” y “Las cosas del mundo”.
Su creación más significativa es “Cantos populares de mi tierra” (1877), en la cual vertió toda la ternura, el lenguaje, la sensibilidad, la picardía y el lirismo de su raza, elementos que recogió de los campesinos de la ribera del río Magdalena. A esta colección pertenece su “Canción del boga ausente”. Tenía veintiocho años cuando la compuso. Obeso es conocido como el precursor de la ‘Poesía negra y oscura en Colombia’. Concibió una poesía que no se había visto antes en el país, a partir de nuevas formas con expresiones cotidianas y fonemas del dialecto afrocolombiano, escritas con alteraciones ortográficas.
Se dice que se enamoró de una bogotana de alta clase social y fue rechazado por su origen y color de piel. Se refugió en el alcohol y murió, aparentemente por suicidio, el 3 de julio de 1884 en la capital del país. Tenía 35 años.