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El “Gaula” en campaña contra los estafadores

Columnas de Opinión
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Escrito por:

Jorge Giraldo Acevedo

Jorge Giraldo Acevedo

Columna: Opinión

e-mail: jgiraldoacevedo@yahoo.es

En los pueblos de Colombia hemos sido muchas las personas que nos enteramos de la excelente decisión del Gaula para  exterminar o por lo menos disminuir los índices de extorsión por parte de  grupos de antisociales  que, mediante llamadas telefónicas,   estafan a ciudadanos;  la campaña del organismo adscrito al Ejército Nacional se llama “yo no pago, yo denuncio”.

 

En la  actividad delictiva se han detectado 2 modalidades con graves incrementos y son la denominada “Tio a Tio” y el de los  anuncios telefónicos sobre ganancia de premios;  el primero consiste en avisar a la persona que contestó  que  un sobrino está detenido y debe cancelar una suma de dinero y  el segundo es  la indicación,   a quien conteste,  que se ha ganado un carro  o cualquier otro  artículo importante  y que  para entregarlo debe cancelar determinada cantidad.

Recientemente fuimos testigos de la labor de voceros del Gaula en la población huilense de Íquira;  con la dirección del coronel Nelson Pérez Avellaneda, Comandante de la Novena  Brigada, en Neiva, el sargento primero Agualimpia Quintero, explicó a numerosos grupos de ésta comunidad sobre las mencionadas  actividades de los delincuentes y otras más para timar a incautos ciudadanos y dio precisas instrucciones para  acabar  con las acciones delictivas de los  estafadores mediante llamadas telefónicas;  así la situación,  lo más  elemental y prioritario es que cualquier víctima llame  inmediatamente del suceso al número  147.

El sargento primero Agualimpia Quintero indicó que la campaña del Gaula “yo no pago, yo denuncio”  busca elementalmente disminuir la delincuencia en Colombia,  que  la ciudadanía no sea apática sobre estas realidades y  que  todos  entendamos  que la estafa es  una actividad que afecta la economía  familiar y hasta la del país.

Según voceros del organismo adscrito al Ejército Nacional de Colombia, lo más lamentable es que estas actividades delictivas de extorsión las realizan especialmente  internos recluidos en las cárceles La Modelo, de Bogotá;  Picaleña, en  Ibagué y  en  la de Valledupar.

Después de conocer pormenores de la referida acción delictiva y  la numerosa cantidad de llamadas para timar, realizadas principalmente por grupos de  internos,  no  existe  ninguna  duda  que,   además del  hacinamiento en las cárceles país,  allí  también impera la más grave  y  delicada situación de  inmoralidad y el  Inpec está en mora de coadyuvar para acabarla.