Mientras el presidente Duque tiene sus prioridades concentradas en tumbar a Maduro, Colombia, el país que debería obsesionarlo porque es su responsabilidad, está sufriendo el efecto Venezuela, sin que él se dé por enterado. Esta percepción ya venía siendo generalizada entre muchos analistas, pero ahora si hay un hecho concreto para confirmar lo que ya es una realidad. Se le disparó el desempleo de una manera preocupante y en esto hay un claro efecto Venezuela.
Antes de entrar en materia, es bueno preguntarse por qué se le enredaron las prioridades al presidente de la Republica. La explicación posible es dolorosa, pero la probabilidad de que se ajuste a la realidad es muy alta.
Sin agenda clara, el presidente encontró en Venezuela no solo el tema, sino el protagonismo que necesitaba urgentemente. Sin embargo, los resultados de ese esfuerzo están por verse en el país vecino, mientras Colombia sigue sintiendo el coletazo de esa crisis del país vecino. Pero resulta que los colombianos no somos bobos y ya abundan las críticas porque los problemas del país van en ascenso. No solo su apuesta no le resultó, porque Maduro sigue y seguirá hasta que su pueblo lo tumbe, sino que el país, su propio país le cobra el descuido de la agenda nacional.
Y entremos en el tema: la disparada del desempleo a niveles no vistos desde hace tiempo es el resultado en gran parte del efecto Venezuela. No es un tema menor la llegada de más de un millón de venezolanos al país, por varias razones.
Primero, Colombia es un país que no sabía de inmigraciones masivas y no estaba preparado para ello. Es más, no sale de su sorpresa. Segundo, quienes están llegando son personas en edad productiva entre 25 y 60 años con experiencia laboral. Tercero, ante la indiferencia del gobierno, los empresarios están haciendo su agosto aprovechándose de la necesidad de los migrantes, y están votando colombianos para vincular venezolanos que trabajan por salarios mucho más bajos. Resultado, están saliendo muchos colombianos a engrosar las filas de desempleados.
Esto se le dijo al gobierno, pero como anda despistado, no escuchó y ahora está abrumado. Ha debido evitar los abusos de los empresarios y atender los llamados que se le hicieron desde varias columnas para que se diera una competencia leal entre nacionales y extranjeros.
Ahora, qué va a hacer el presidente Duque con los hoteles, por ejemplo, llenos de venezolanos con salarios por debajo de lo establecido por la ley. Qué va a hacer en las ciudades llenas de venezolanos donde la desocupación de nacionales crece significativamente. Pero no. El tema para el gobierno es cuántos de esos migrantes son desertores del ejército del país vecino, lo que interpreta como la pronta caída de Maduro.
Con urgencia, señores del gobierno, si no quieren que el problema de la desocupación de colombianos se agrave, armen una estrategia. Identifiquen sectores donde esta nueva mano de obra puede aumentar la competitividad del país, sin desplazar colombianos es una prioridad mayor que tumbar a Maduro, algo que, aunque no lo crea nuestro presidente, no es su responsabilidad prioritaria.
Se ha mencionado la posibilidad de ubicar esta nueva mano de obra en el sector agropecuario porque tiene probablemente más educación que la población campesina. Para lograrlos sin que cause una tragedia mayor, se requiere recuperar el agro, algo que este gobierno posterga y posterga simplemente porque no acepta el punto Uno de La Habana.
Por favor, presidente usted no es el responsable de tumbar a Maduro y concéntrese en los problemas del país, entre ellos en cómo manejar el efecto Venezuela. Y solo se está mencionando el impacto sobre el desempleo, pero está la inmensa carga que esta migración representa para el sector salud y el educativo. Además, porque tenemos la obligación de ser solidarios con un país que nos recibió gente cuando estábamos en guerra. Que eso no se nos olvide.